El Ministerio británico de Exteriores emprendió ayer una investigación «urgente» sobre el anuncio de la supuesta ejecución del corresponsal de la BBC en Gaza, Alan Johnston, capturado el 12 de marzo.
En la Franja, el ministro del Interior palestino, Hani al Qawasmi, afirmó no poder confirmar el comunicado emitido por una organización desconocida hasta ahora, las Brigadas de la Yihad y el Monoteísmo, según el cual «lamentaba sentirse obligada» a matar al periodista para «enviar un mensaje a aquéllos que no han respondido a nuestras demandas».
«Cuando un periodista es capturado todo el mundo se vuelve loco, por eso nos sorprende la postura de nuestro Gobierno y de la Presidencia de no escuchar nuestras reivindicaciones», continuaba el comunicado, cuya autenticidad no ha sido verificada. «De momento son sólo rumores. Esperamos que Johnston esté vivo porque lo último que necesitamos los palestinos es ver un acto tan despreciable como ése», afirmó el negociador Saeb Erekat.
No se descarta que sea una forma de presionar al Gobierno local para que ceda a las pretensiones de los secuestradores, que podrían usar a Johnston como moneda de cambio. Medios palestinos señalan como autor de su captura a un clan enfrentado con Hamas a causa de la muerte de dos de sus miembros a manos de militantes islamistas. Dicha familia exige la entrega de 15 implicados en las muertes y podría querer cambiar a Johnston por los militantes.
Tras conocer el anuncio, responsables de BBC se declararon «profundamente preocupados», si bien destacaron que no existe confirmación. Johnston, corresponsal en Gaza durante tres años, es el rehén que más tiempo ha pasado cautivo en manos palestinas.
Otra prueba del caos que padece la Franja fueron, ayer, las tres explosiones que dañaron dos cibercafés y una librería cristiana. Los ataques se produjeron de madrugada sin causar víctimas, y constituyen el último episodio de violencia contra centros culturales, locales de internet y tiendas de música que comenzaron en octubre y ya han afectado a unos 30 establecimientos.
'Escuadrones antivicio'
En ocasiones, los propietarios son advertidos para que abandonen los locales mediante notas en las que se califican sus actividades como haram (prohibidas por el islam), lo que lleva a hablar de escuadrones antivicio. Los musulmanes más devotos consideran internet un vehículo para la pornografía y estiman que la música distrae durante los rezos, por lo que varias tiendas de CD han recibido amenazas en los últimos siete meses.
En marzo, un grupo denominado Espadas de la Verdad se atribuyó las explosiones de dos cibercafés en un comunicado en el que prohibía que dichos locales estén abiertos más allá de las 22.00 horas y anunciaba haber elaborado una lista de prostitutas a quienes amenazaba con castigar si sus familias no lo hacen primero. Según algunas fuentes palestinas, los ataques no tienen relación con dicho grupo sino que forman parte de los enfrentamientos entre clanes, muy frecuentes en la Franja.
Para poner fin a estos incidentes y a las luchas entre facciones, el presidente palestino, Abú Mazen, anunció ayer un nuevo plan de defensa interior que incluye la creación del Consejo de Seguridad destinado a «terminar con el caos» y a unificar las Fuerzas Armadas para que actúen bajo mando único. Eso podría poner fin a los combates entre Al Fatah y Hamas. Según el ministro Al Qawasmi, el plan restaurará el orden en la Franja «en 100 días». Por otro lado, ayer se celebró el primer encuentro quincenal entre Abú Mazen y Olmert, en el que no se abordaron temas cruciales para la paz.