LUCAS PÉREZ
Bucaré / Cobo, Carmona y Mingo.
Seis novillos de Bucaré, desiguales de presencia, de interesante comportamiento y con movilidad, se dejaron pegar en el caballo.El mejor, el primero, los peores, quinto y sexto.
Iker Cobo: silencio tras aviso y silencio. Angel Luis Carmona: pitos tras dos avisos y silencio. Valentín Mingo: aplausos y silencio.
Plaza de Las Ventas, un cuarto de entrada.
MADRID.- No es que los astados del hierro sevillano de Bucaré no dieran opción de éxito ayer en Madrid, pero a las dificultades añadidas del encaste Santa Coloma, se unió el enemigo inesperado del público, y entre ambos hicieron que el triunfo fuera misión imposible.
El sector torista de la plaza, bajo el lema del todo vale fue el principal protagonista de la tarde. Desde un principio hubo predisposición a favor de la novillada de Bucaré que, siendo interesante, tuvo muchos defectos. Que un animal acudía andando al caballo, se aplaudía, que se dejaba pegar con la cara alta y se repuchaba, pues también, que embestía sin humillar, pues se le echaba la culpa al torero. La lucha por triunfar era una batalla perdida.
Con este panorama, la terna apenas pudo destacar. Iker Cobo estuvo gris ante el mejor lote del festejo. Angel Luis Carmona dejó patente un buen concepto del toreo mientras que Valentín Mingo, muy dispuesto toda la tarde, escuchó los únicos aplausos del festejo.
|