OSCAR BOLANCELL
BARCELONA.-
Nueve años después de los hechos, ayer se inició en la Audiencia de Barcelona el juicio por los grandes incendios que asolaron la Cataluña central en 1998 y que calcinaron 27.000 hectáreas de 17 municipios de las comarcas del Bages y el Berguedà.En el banco de acusados se asientan cuatro imputados: dos jóvenes de Puig-reig, Josep Maria P. O. y Josep Maria F. B., y dos responsables de Fecsa: el entonces jefe de zona de Manresa, Agustí Maria L.R., y el jefe de mantenimiento, Francesc A. L. Este último ha sido condenado hace tan sólo unas semanas a 6 meses de prisión y una multa de 3.600 euros por otro incendio también en el año 98 en la Cataluña central. En este caso el de Gaià, que afectó 200 hectáreas de bosque.
El juicio se celebra con jurado popular y la previsión es que pueda durar un mes y medio, lo que lo convierte en el juicio más largo que se ha celebrado en Cataluña en los últimos treinta años. La sesión de ayer sirvió para constituir precisamente este tribunal, el primero desde que se implantó la Ley del Jurado que juzgará un delito de incendio por imprudencia grave en España.En el primer día de este macro juicio también se llevó a cabo la lectura de escritos de las partes. Hoy ya es previsto que declaren los imputados.
A lo largo de todo este juicio se tendrá que demostrar quién fue responsable del gran foco que se inició en Aguilar de Segarra: los dos jóvenes de Puig-reig, tal y como sostiene el Ministerio Fiscal, o una línea eléctrica de Fecsa, como mantienen las acusaciones particulares. Las penas a las que se enfrentan los cuatro acusados son muy diferentes, según la acusación. El fiscal de Medio Ambiente, Joaquín Pérez de Gregorio, solo señala los presuntos pirómanos, que fueron arrestados días después, como los únicos responsables de siete incendios, entre ellos el de Aguilar. Para cada uno de los dos imputados solicita 18 años de cárcel y 18.000 euros de multa por un delito continuado de incendio forestal.
En el inicio de la instrucción, la Fiscalía llegó a acusar también a Fecsa, pero en el año 2002 la exculpó. El fiscal basó su decisión en el hecho que uno de los dos jóvenes confesó ante la Guardia Civil haber provocado incendios forestales como venganza por haber sido despedidos de una serrería de Puig-reig donde trabajaban y por la denuncia que el propietario de un restaurante de Castelar de N'Hug había interpuesto contra ellos por unos presuntos daños causados en el local. El fiscal también decidió exculpar Fecsa al entender que en la fase de instrucción no había quedado demostrado que la línea eléctrica fuera la causante del fuego, y porqué en caso de que hubiera sido no se puede apreciar si el delito cometido por los responsables de la compañía es de imprudencia grave o leve, puesto que si fuera este último caso no seria delito penal. Todos estos argumentos fueron expuestos ayer por el fiscal ante el jurado popular.
En cambio, las acusaciones particulares consideran que los dos chicos de Puig-reig, los cuales padecen trastornos psíquicos, solo fueron responsables de cuatro pequeños incendios en Puig-reig, Gorila y la poblé de Lillet, que no llegaron a 1.000 metros cuadrados.Para los abogados, el incendio que se inició en Aguilar de Segarra, y que quemó 17.000 hectáreas, fue producto del mal estado de la línea eléctrica que, presuntamente, transcurría justo encima del punto de inicio del fuego.
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