NANDO GARCIA
BARCELONA.-
El delito contra la integridad moral va de seis meses a dos años de prisión. Por este precepto han sido citados a declarar en calidad de imputados cuatro de los cinco Mossos d'Esquadra que fueron apartados del Cuerpo la semana pasada por el Departament d'Interior bajo la acusación de maltratar a dos detenidos en la comisaría de Travessera de les Corts de Barcelona.
Uno de los dos casos de supuestas vejaciones denunciadas la semana pasada en rueda de prensa por el director general de la Policía autonómica, Rafael Olmos, está siendo investigado por el juzgado de instrucción número 8 de la capital catalana. Ayer trascendió que la juez ha citado a declarar para esta mañana a un cabo, dos agentes en prácticas y uno profesional que el pasado día 31 redujeron a Rubén P. M., un hombre de 37 años, que asegura que fue vejado en comisaría. Los policías imputados y los sindicatos sostienen que en el intento de esposar al detenido se produjo una reducción con la mínima fuerza. Una cámara oculta instalada en una torre informática de la sala de cacheos captó la secuencia de los hechos y en base a estas imágenes fueron suspendidos de empleo y sueldo los policías.
No obstante, los líderes sindicales, a los que Interior mostró la semana pasada el vídeo, sostienen que no se produjeron malos tratos y, por ello, pidieron el cese del director general por criminalizar a sus compañeros montando una rueda de prensa con fines electoralistas de cara a las municipales que se celebrarán en mes y medio.
Fuentes de la investigación señalaron que los Mossos entregaron ayer al juzgado un informe sobre las imágenes.
Este diario tuvo acceso la semana pasada al atestado que recoge la secuencia de los supuestos malos tratos. De camino a la comisaría, el detenido ya rompió a patadas la mampara del coche policial.En la sala de cacheos, insultó y desafió a los cuatro agentes imputados, que lo redujeron lanzándose sobre él. Según las personas que han visto las polémicas imágenes, uno de los policías dio un rodillazo al detenido, de 190 centímetros, a la altura del estómago para tratar de doblegarle. Después le colocaron las esposas e incluso un casco en la cabeza porque se intentaba autolesionar.El arrestado sufrió heridas en la cara, el tronco y una pierna.Según su denuncia, fue brutalmente apaleado. Según la versión de los agentes, fue reducido después de que se mostrara muy violento.
Está previsto que a primera hora de hoy declare la supuesta víctima de los malos tratos -detenido por un atentado contra la autoridad previo a la polémica reducción- y después lo harán los agentes. Mientras, en el cuerpo de los Mossos la suspensión de los agentes ha generado una sensación de desconfianza hacia la cúpula policial porque al hacer públicas las medidas «los han crucificado para toda la vida sin respetar su presunción de inocencia», señaló ayer un agente.
Por otra parte, el juzgado de instrucción número 29 de Barcelona investiga el segundo caso de presuntos malos tratos cometidos en la comisaría de Les Corts. Una agente fue suspendida de empleo y sueldo por abofetear a una arrestada cuando estaba esposada.La misma cámara oculta grabó la secuencia.
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