Los grandes de la Fórmula 1 británica recuerdan sus días de automovilismo, mientras el joven Lewis Hamilton se abre camino en pos del récord. ¿Qué se siente al ser el nuevo en la parrilla? Hamilton apenas ha tenido oportunidad de pensar en una respuesta a tal pregunta, dado que disfruta de un inicio dorado en su carrera, del éxito inmediato en uno de los principales equipos. En Bahrein, el piloto de McLaren se convirtió en el primer hombre en los 58 años de historia de este deporte en subir al podio en sus primeras tres carreras.
«Comencé mi carrera compitiendo contrarreloj en subidas de montaña», comenta Sir Stirling Moss, que empezó en el automovilismo a finales de los años 40. «Debías desarrollar tu estilo propio, tus propios puntos de frenado y de dominio en la carrera, y tampoco tenías de quién aprender. Lewis tiene la suerte de contar con Fernando Alonso, el mejor piloto de su clase en 2007, como líder de equipo».
Sin embargo, Moss no oculta sentirse impresionado. «Creo que es el mejor después de mí», dice en tono jocoso, y añade que encuentra un potencial campeón del mundo en este joven de 22 años. «En un momento dado hay un hueco, y al minuto siguiente, lo ocupa Hamilton. Es un piloto terrorífico, que cuenta con todo lo necesario para batir cualquier récord».
El hombre que se alzó con el título del mundo en un Ferrari en 1964, John Surtees, sabe de sobra lo que significa ser el conductor joven y nuevo que pilota junto a los grandes. Él contó con el fabuloso Jim Clark como compañero de equipo cuando se unió a Lotus en 1960. «El mejor lugar donde podría estar es junto a Alonso, porque se está midiendo con el mejor, y eso es algo agotador y al mismo tiempo tremendamente estimulante», asegura. «Los errores no tienen excusa posible».
Surtees cree que el hecho de ser un recién llegado ha constituido un factor imprescindible para su temprano éxito. «Lewis cuenta con una ventaja inmensa, y es que los demás pilotos aún no le conocen», explica el ex conductor, de 73 años.
Al igual que Hamilton, Sir Jackie Stewart experimentó el éxito casi de forma inmediata a su debut. «Entré en la Fórmula 1 en 1965 con BRM, y gané el Gran Premio de Italia ese mismo año, llegué el segundo en Bélgica y Francia, y el tercero en Mónaco», recuerda. «Ahí corrí con los grandes de aquel momento: Jim Clark, Graham Hill, Bruce McLaren, Jochen Rindt, y me volví muy competitivo».
John Watson, cinco veces campeón, cree que Hamilton ha sacudido en un buen puñado de pilotos esa agradable complacencia post-Schumacher. «Los demás pilotos de hoy en día necesitaban ese toque para despertar un poco. Lewis los borró de la pista con sus audaces maniobras de adelantamiento en las dos primeras carreras, y ahora necesitan volver a entrar en el juego. Lewis es una lección para cualquier piloto con aspiraciones, les enseña que el trabajo duro y la dedicación, combinados con el talento, producen resultados sorprendentes».
El debutante más exitoso de Gran Bretaña fue el campeón del mundo de 1996, Damon Hill. En su primera temporada completa en la Fórmula 1, tres años antes, ganó tres carreras, llegó segundo en cuatro ocasiones, tercero en otras tres y cuarto una vez, con lo cual terminó en tercera posición en el campeonato.
Hamilton, en su opinión, debe evitar la enloquecedora multitud para mantener el nivel que ha alcanzado hasta el momento. «El mayor desafío llega cuando no se compite. Lo más duro de todo es encontrar un refugio seguro al resguardo de la presión implacable de los medios de comunicación, cuando todo el mundo exige una parte de ti. El automovilismo también forma parte del mundo del espectáculo. Recuerdo que gané en dos ocasiones el premio de la BBC al Personaje Deportivo del Año, y me preguntaba cómo podían habérmelo concedido a mí, frente a grandes campeones olímpicos de la talla de Steve Redgrave», comenta Hill.
Derek Bell, cinco veces ganador en Le Mans, cree en la fortaleza psíquica del joven piloto. «Es un soplo de aire fresco, y parece saber llevar bien la presión. Su problema es que las cosas le están yendo tan bien que tal vez no se dé cuenta de lo duro que resulta».
La última palabra la tiene Jackie Stewart, que ya ha ofrecido a Hamilton la ventaja de su formidable experiencia. «El pasado mes de diciembre, mi hijo Paul y yo llevamos a Lewis al Springfield Club de Hackney. Se portó genial con los niños, de una forma muy natural. Me acerqué a él y le dije: 'No permitas que el éxito te cambie. A la mayoría de los pilotos de hoy en día les quedan demasiado grandes las botas'. Lewis es un hombre del pueblo y la gente va a quererle, precisamente por eso», sentencia el legendario campeón.