«Gracias», dijo Moraleda, guiñando un ojo al presidente de Telefónica, César Alierta, cuando éste abandonaba, ya a última hora, la Bolsa. No en vano, Alierta fue el único empresario de los que el propio Zapatero llama «amigos del PP», que acudió al evento. El jefe del Ejecutivo envolvió a Alierta en la lista de escándalos de directivos enchufados por el PP hace apenas un mes, pero el presidente de Telefónica, acudió, a diferencia del presidente de Endesa, Manuel Pizarro, de Caja Madrid, Miguel Blesa, o del BBVA, Francisco González. Éste prefirió presentar un poco después al vicepresidente segundo, Pedro Solbes, en un almuerzo organizado por ABC. A escuchar al jefe del Gobierno fue el consejero delegado del banco, José Ignacio Goirigolzarri. Junto a él estaban el presidente del Santander, Emilio Botín, el de ACS, Florentino Pérez, el de Acciona, José Manuel Entrecanales, o el de Sacyr, Luis del Rivero. El director general de la Caixa, Isidro Fainé, o el consejero delegado de Gas Natural, Rafael Villaseca, aceptaron también la invitación monclovita, al igual que el presidente de El Corte Inglés, Isidoro Alvarez, y de Prisa, Jesús Polanco. La organización situó en lugar muy destacado al candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián, y abundaron los responsables de órganos supervisores. Por parte de la CNMV, su presidente, Manuel Conthe, evitó provocar con su presencia, pero sí acudió el vicepresidente, Carlos Arenillas, con el que jefe del Gobierno bromeó por su nueva popularidad en presencia de la ministra de Educación, Mercedes Cabrera. La presidenta de la Comisión Nacional de la Energía, Maite Costa, y el de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones, Reinaldo Rodríguez, también se dejaron ver a diferencia del gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, cada vez más volcado en no ir a actos políticos.