RAMON SANMARTIN
SAN SEBASTIAN.-
Los pescadores vascos están dispuestos a volver a «la guerra» por la anchoa, como ya hicieran hace 13 años. Esta vez el detonante sería la salida al mar de ocho barcos pelágicos franceses que, desde el pasado domingo y hasta primeras horas de ayer, faenaron por las aguas del golfo de Vizcaya y capturaron siete toneladas de anchoa. Ante este «desafío» la flota vasca no piensa quedarse de brazos cruzados y ha dado un plazo de 48 horas para que se solucione el conflicto. Si esto no ocurre, irán «a la mar a la guerra».
La amenaza de los pescadores vascos, extensible a los cántabros y asturianos, está motivada por la actuación de los barcos galos que salieron el domingo a la mar desde los puertos de La Turballe y La Vendée a pescar anchoa. Una conducta que infringe las órdenes fijadas por la Comisión Europea, que estableció el día 25 de abril como comienzo oficial de la campaña experimental de pesca de la anchoa en el golfo de Vizcaya.
El proceder de los pescadores franceses coincide, eso sí, con la fecha fijada por la CE el 21 de diciembre de 2006, cuando decretó el cierre del caladero de la anchoa y autorizó una campaña experimental entre el 15 de abril y el 15 de junio en la que podrían intervenir hasta 28 embarcaciones, 20 de las cuales serían españolas y ocho francesas. No obstante, el organismo europeo modificó la propuesta inicial y programó dos campañas simultáneas, la primera entre el 25 de abril y el 20 de mayo y la segunda entre el 3 y el 23 de mayo. En las campañas tomarían parte 10 barcos: siete españoles y tres galos.
El organismo no definió si las actuaciones serían puramente científicas, como defiende España, o científicas y comerciales a la vez, al gusto de Francia. La CE descargó sobre los dos estados la responsabilidad, pero el acuerdo todavía no se ha alcanzado. De este modo, la prematura vuelta a faenar de los barcos franceses ha generado un tremendo malestar entre las autoridades españolas y los pescadores del Cantábrico.
El presidente de la Confederación de Cofradías de Guipúzcoa, Jaime Tejedor, advirtió de que el sector no está dispuesto a quedarse quieto. Así, confesó que la Flota del Cantábrico ha fijado un plazo de 48 horas para que la CE tome una resolución sobre el conflicto, tras el cual los pescadores decidirán qué «medidas» adoptan.
«Si hay que ir a la mar a la guerra, pues habrá que ir a la mar a la guerra. Si hay que ir a la mar a pescar, habrá que ir a pescar», señaló Tejedor. Mientras, la ministra española de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa, pidió ayer al Consejo de Ministros que aborde la actuación de los barcos franceses, y el consejero vasco de Pesca, Gonzalo Sáenz de Samaniego, exigió a la CE que «tome cartas en el asunto».
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