J. T. DELGADO
MADRID.-
Aún es pronto para saber si las ambiciones del Santander se materializarán en una oferta por ABN Amro. Por si acaso, la cúpula directiva del banco está volcada en el diseño de una operación que, de momento, cuenta con el beneplácito del mercado. Las acciones de la entidad registraron ayer la novena mayor subida del Ibex 35. Era la primera sesión bursátil tras confirmar su interés por el grupo holandés. Por tanto, el de ayer es un primer veredicto del parqué sobre la nueva megafusión planeada por Emilio Botín.
No hace ni tres años que el Santander cerró la absorción del Abbey y su presidente pretende embarcarse en otra operación multimillonaria. El banco aún no ha desvelado cómo financiará la nueva aventura corporativa. Y ni siquiera se descarta la vía de una ampliación contundente de capital, desechada hace poco por el propio Botín. Sin embargo, las acciones del banco se dispararon casi un 1% en Bolsa. La subida es, incluso, ligeramente superior a la de su máximo rival, el BBVA.
A falta de que el banquero cántabro concrete los detalles de la operación, los inversores consideran positivo que el Santander haya dado un paso al frente en la puja por ABN Amro. Lo más probable es que la entidad holandesa confirme en las próximas horas si está dispuesta a abrir una negociación a dos bandas. Durante las últimas cuatro semanas, sólo Barclays ha tenido el privilegio de tantear a los ejecutivos de ABN Amro. Sin embargo, el periodo de exclusividad expira mañana. El Santander y sus dos socios -Fortis y el Royal Bank of Scotland- han solicitado por escrito a la entidad holandesa que le permita acceder a la información brindada a Barclays.
El consejo de administración de ABN Amro podría reunirse hoy mismo para dar una respuesta a los tres bancos. Su posición, a juicio de los analistas, es bastante complicada. La dirección del grupo holandés lleva un mes negociando a puerta cerrada con Barclays, cuya propuesta no acarrea la división del banco con sede en Amsterdam. Por el contrario, la oferta del Santander llevaría consigo la división de los activos de la entidad. Sin embargo, si la decisión pasa por cerrar las puertas a Botín, el consejo tendría que justificar de qué manera salen beneficiados los accionistas con la operación británica. Sobre todo, si el gigante español pone más dinero sobre la mesa.
Ayer, el diario Financial Times aseguraba que la dirección de ABN Amro era partidaria de cerrar el trato con Barclays, aún a riesgo de que genere menos valor para los accionistas. Por el contrario, el fondo TCI, que cuenta con un 3% del capital de la entidad, ya se ha pronunciado a favor de escuchar otras propuestas económicas antes de echarse en brazos del banco británico.
Al plantearse la partición en tres de la entidad, Santander, Royal Bank of Scotland y Fortis podrían permitirse mejorar la oferta de Barclays, que, según los expertos, rondará los 34 euros por acción. Según los primeros cálculos del mercado, el grupo español podría comprar un paquete de activos valorado en más de 20.000 millones de euros.
Fuentes próximas a la entidad reconocen que, a estas alturas del proceso, todos los cauces de financiación están abiertos. Algunos analistas han advertido que una ampliación de capital superior al 5% tendría un impacto negativo sobre la cotización en Bolsa. Sin embargo, Botín podría optar por acometer la absorción combinando una emisión moderada de acciones nuevas con la venta de activos no estratégicos. Sin contar con la intocable joya de la corona (Banesto), la cartera industrial del Santander aún luce participaciones millonarias como el 30,6% de Cepsa, el 8,42% de Bolsas y Mercados Españoles o el 1,8% de San Paolo Intesa.
|