El sindicato de pilotos Sepla denunció ayer que los vuelos de Air Europa fletados por el Ministerio del Interior para repatriar a los inmigrantes irregulares incumplen la normativa de seguridad. El sindicato mostró ayer su preocupación «ante el riesgo evidente para la vida de los ciudadanos deportados en los vuelos que esta compañía tiene contratados con Interior, en caso de eventuales emergencias», según un comunicado difundido ayer.
El colectivo de pilotos de Air Europa estima que, en una situación crítica en la que fuese necesaria una urgente evacuación, los inmigrantes no tendrían las garantías suficientes para escapar con éxito.
¿Por qué? El motivo es muy sencillo: en la mayoría de los vuelos de repatriados, los sin papeles viajan con unas esposas de plástico, por lo que, en caso de emergencia, no podrían ponerse la mascarilla de oxígeno o el chaleco salvavidas.
«Somos responsables de la vida de estos pasajeros. Esta situación nos pone en un compromiso muy serio. Hasta ahora no ha habido problemas de seguridad, pero si surge algún imprevisto, esta gente que viaja con las manos sujetas puede que no salga con éxito de una evacuación», manifestó ayer el jefe de la sección sindical del Sepla de Air Europa, Javier Iglesia.
Sin embargo, desde la compañía aérea indicaron que la nota del sindicato «no responde a la verdad», que los vuelos cumplen la normativa internacional y que se han realizado 300 viajes de estas características sin haber sufrido incidente alguno.
Desde el sindicato Sepla insisten en que en varias ocasiones han propuesto a la compañía y a Interior que elaboren protocolos de actuación para saber cómo evacuar a estas personas, pero sólo han obtenido «el desdén y el silencio como respuesta».
Los problemas en la seguridad de los vuelos de inmigrantes repatriados han sido denunciados anteriormente por la Confederación Española de Policía (CEP), aunque en esta ocasión parece surgir un conflicto de intereses entre pilotos y policías.
El secretario general de la CEP, Ignacio López, defendió la necesidad de que los inmigrantes vayan atados para evitar motines y revueltas en pleno vuelo. De hecho, el pasado mes de noviembre un avión que iba a trasladar a 32 inmigrantes irregulares a Las Palmas se convirtió en una auténtica batalla campal entre los subsaharianos y los agentes que los custodiaban.
«Los policías no llevan arma ni defensa alguna dentro del avión. Los extranjeros se niegan a volar y son hostiles. Si no fuesen atados, se podría montar un motín en el avión y, entonces, el incidente que íbamos a provocar iba a ser mucho mayor. Es mejor que llevemos un cutter para cortar los lazos si surge un problema», destacó López.
Tanto desde el Sepla como desde la CEP consideran que este tipo de vuelos no deberían realizarse en aviones comerciales porque no reúnen las condiciones de seguridad. «Estos vuelos antes eran ocasionales, pero ahora son rutinarios. Interior debería adquirir uno o dos aviones acondicionados para transportar a los inmigrantes», añadió López.