Con su fotogénico desnudo, María no sólo acaba de recalcar que las siglas del PP no necesitan sostén, sino que ha ido más allá y ha realizado un striptis ideológico radical: ha confesado que es de izquierdas. Es decir, que hay submarinos zurdos en el PP. Esto ya lo sospechábamos, porque el PSOE, apenas se suelta la melena, empieza a golpear con la derecha. Pero esto era un secreto de Estado hasta que María ha salido del armario reaccionario donde la derecha guarda los cálices y las casullas de monaguillo, y ha iniciado la veda del travestismo ideológico. Cada diestro guarda un zurdo dentro, y viceversa: sólo es cuestión de mirarse al espejo. Gracias a esta portada de Interviú, absolutamente pionera en el ámbito del análisis político, podemos entender mejor la gestión de Gallardón al frente de la Alcaldía de Madrid. En la capital corre un chiste que dice: «¿A quién vas a votar: a Gallardón o al candidato del PP?». Muchos piensan que si Gallardón se abriera la camisa para un hipotético desnudo frontal, lo más probable es que apareciera una S de Superman. O de Sebastián. O de PSOE.

En cuanto a Esperanza Aguirre, el otro día confesó, ante la plana mayor del M2, que las elecciones no se ganan con obras ni con leyes ni con una gestión eficaz, que lo único que decide es ese viejo y sobado truco de besar a un niño en las fotos, de saludar a un jubilado. Miss Aguirre llevaba cerca del escote un broche de rubíes (o quizá era bisutería) que imitaba el anagrama lingual de los Rolling, con lo cual cubre perfectamente los dos sectores de voto del electorado madrileño: los jóvenes (que, como se sabe, flipan con los abueletes del rock) y los viejos (que se pirran por volver a ser jóvenes y asomarse a un escote). Sólo falta que Aguirre se atreva con una portada de Interviú pero, mientras tanto, poco puede hacer un tío tan seco como Simancas, que a su lado parece el muñeco de la tarta. En cuanto a Sebastián, el hombre qué va a decir, si hasta le han robado la S. Quizá un full-monty.