QUÉ: Presentación de 'Rossiniana alta en calorías'
DONDE: En el Teatro Real (Pza. Isabel II, s/n)
CUANDO: Días 19, 20 y 21, a las 20.00 h; el 28 de abril, a las 20.30 horas, en el Auditorio Padre Soler de Leganés
Alrededor de un fogón pueden ocurrir las mayores locuras, más si el encargado de la cocina es Enrique Viana y dentro de las cacerolas se cuece, a fuego lento, la música de del compositor italiano Gioacchino Rossini.
La sala Gayarre del Teatro Real acoge un espectáculo gastronómico lírico o «una locura muy simpática y gastronómica», como quiso bautizarla el propio Viana durante la presentación de la función, que será estrenada el próximo 19 de este mes y que se podrá ver también, los días 20 y 21. Para quien no se lo quiera perder, el día 28 se repetirá en el Auditorio Padre Soler de Leganés (Universidad Carlos III).
La función se titula Rossiniana alta en calorías, está compuesta para cinco cantantes, dos actores y un piano («a ser posible afinado») y va «dedicada íntegramente a la música que Rossini escribió para sus óperas cómicas». Viana, que lleva la dirección de la escena, la escenografía y ha creado los figurines, admitía que no va a cantar durante la representación: «De vez en cuando me venía el síndrome de Aurora Redondo, pero estoy convencido de que el presente y el futuro está en las gargantas de estos cantantes», admitía refiriéndose a los jóvenes intérpretes que se reparten el protagonismo sobre las tablas. «He intentado hacer un espectáculo absolutamente coral en el que no destaca nadie en particular. A ver si nos libramos de la losa de los grandes divos», bromeaba el madrileño, que prometió muchas risas y alguna carcajada al público que se acerque hasta el Real. Eso, además de «fragmentos del puro espectáculo de la voz y los alardes de la escuela belcantista».
El espectáculo, que dura aproximadamente una hora y cuarto, ha sido dividido en una obertura y tres partes; en cada una de ellas se ofrecen dúos, tríos, quintetos, arias... «Una cocina, luces, trajes, berenjenas, morcillas, pastas de té y una situación actual, más disparatada cuando más real». Vamos, Rossini en estado puro. La única licencia quizá que se ha permitido el director del espectáculo ha sido la inclusión de «bocadillos en español», extraídos de la memoria de Viana: «De las charlas que tenían mis tías cuando preparaban la ensaladilla rusa». Precisamente este plato es uno de los dos que efectivamente se cocinan en el fogón del escenario. «Queríamos que fuese un plato limpio y apostamos por la ensaladilla. Respecto a esto les diré que, después de mucha discusión y muchas pruebas, la mayonesa se bate pero no se monta con la batidora inalámbrica». El otro plato que preparan los cantantes y los actores durante la actuación es una fabada. «Luego los pasamos por el público para que vean el resultado».
Todas las voces estarán representadas en la función, en la que actúan los cantantes Mercedes Arcuri, Cristina Faus, Mikeldi Atxalandabaso, Pedro Llarena, Enrique Sánchez Ramos; los actores Marco Magoa y Antonio Velásquez y al piano, Manuel Burgueras.
Como la presentaba el propio Enrique Viana, el espectáculo representa «una hora y media divertida para aproximarles a esta música que nos ha servido para vivir mejor 200 años y nos dará un motivo renovado para seguir haciéndolo».