Una vez dentro recibí la llamada de un amigo diciéndome que había un tiroteo cerca. Casi al mismo tiempo, mi novia me llamaba muy preocupada; me dijo que ella y sus compañeros estaban encerrados. Minutos después entró el FBI en el aula donde me encontraba, muy cerca de donde tenía lugar el tiroteo entre ese individuo y la policía. Cerraron nuestro edificio también, por seguridad, durante una hora aproximadamente, y empezamos a ver lo que sucedía desde las ventanas, pero la policía nos hizo retirar de ellas. Dentro del aula pudimos seguir por televisión todo lo que pasaba afuera. Estábamos ahí encerrados sin dar crédito a lo que pasaba. Estábamos asustados, oíamos los disparos muy cerca. Pasada una hora nos desalojaron y la policía controló nuestros vehículos antes de dejarnos marchar. Una compañera de tenis de nacionalidad alemana presenció el tiroteo quedándose en estado de shock y tuvo que ser atentida por psicólogos. Un amigo recibió un tiro en la mano. Por suerte me pude poner en contacto con mi familia por messenger, que no sabía nada. Pienso que yo podría haber sido uno de los muertos; es algo que quedará grabado para siempre en todos los que estudiamos aquí.