Nunca olvido una cara pero con la suya voy a hacer una excepción (Groucho Marx)
CATALUNYA
EL APUNTE
Volar al fin del mundo
de ALEX SALMON
Puesto a marcharnos, mejor que sea al fin del mundo. El lugar más relativo que existe tiene un espacio cambiante. El fin del mundo de un catalán no tiene porqué coincidir con un ciudadano de la Patagonia. Barcelona puede ser destino del fin del mundo siempre y cuando tenga un aeropuerto que conecte con un lugar alejado. Todo tan relativo como la insistencia de convertir El Prat en un centro de conexiones con otros fines del mundo. Barcelona será lo que las compañías aéreas quieran. Ya hemos visto las claras intenciones de Lufthansa. Sí al Prat, pero pasando por Francfort. Para eso, mejor pasar por Madrid, que está más cerca y es la capital. Es evidente que compañías como KLM o Air France seguirán apostando por los centros de conexión con los que ya trabajan. O no. El potencial de Barcelona es de primera división.Lo hemos explicado muchas veces. Así, la materia prima es excelente.Por lo tanto, sólo una gestión coordinada e inteligente puede conducir a este aeropuerto a convertirse en uno de lo mejores centros de conexión con el fin del mundo. Y para estas cosas, el pragmatismo es un buen método.