Ahora también en astronomía, y aunque quizás con algo de retraso, España ya es del todo europea. Tras haber firmado los acuerdos correspondientes y haber pasado todos los trámites previstos, los científicos de nuestro país ya pueden disfrutar con pleno derecho de las instalaciones del Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés), el mayor organismo internacional dedicado a escudriñar el cosmos.
La ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, anunció ayer en Madrid la conclusión del proceso de adhesión y señaló que con él se ha cumplido uno de los compromisos del presente Plan Nacional de I+D+I, que concluye este año. Además, la incorporación a ESO permitirá a España «entrar en el principal foro de decisión y cooperación de la astronomía europea».
El organismo cuenta con varias de las instalaciones de telescopios más importantes del globo, situadas en el desierto chileno de Atacama, y funciona con un presupuesto anual de 120,9 millones de euros. De ellos, y en proporción a su producto interior bruto (PIB), España aportará 10,9 millones de euros, lo que representa algo más del 9% del total. Con el nuestro, son ya 12 los países que participan en ESO (el resto son Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza), y se espera de forma inminente la adhesión de la República Checa.
Las negociaciones españolas para ingresar en ESO culminaron con la firma de un preacuerdo en diciembre de 2005, que obtuvo la aprobación del Congreso en noviembre del año pasado y la del Senado, en diciembre. En la actualidad, ya hay empresas españolas desarrollando componentes electrónicos para radiotelescopios en construcción, y astrónomos de nuestro país ya disponen de las instalaciones para llevar a cabo sus estudios.
Detectores de planetas
Para acceder a un instrumento, el único criterio es presentar un proyecto que sea aceptado por el comité del organismo, ya que no existen cuotas preestablecidas para el uso de los telescopios. Según aseguró ayer a este diario la directora general de ESO, Catherine Cesarsky, los científicos de nuestro país «están ganando su tiempo [de disfrute de las instalaciones] perfectamente bien», si bien recordó que «cada vez la investigación es más internacional y los astrónomos españoles se están mezclando con los de otros países».
Entre los instrumentos de ESO, Cesarsky descató el Very Large Telescope (Telescopio Muy Grande, o VLT), que fue construido en los años 90 y aún pretende mantener su liderazgo mundial durante más de una década, y el proyecto ALMA, un ambicioso conjunto de 66 antenas que podrá empezar a utilizarse de aquí a tres años y estará finalizado en 2012. También queda en perspectiva el Extremely Large Telescope (Telescopio Extremadamente Grande, o ELT), que será capaz de detectar planetas tan pequeños como el nuestro a lo largo y ancho de la galaxia.