MADRID. - Las expectativas, las incertidumbres, cuando no el morbo suscitados por el espacio Tengo una pregunta para usted, señor presidente se repiten ante la cita de mañana con otro invitado de lujo, el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy. El escenario será el mismo, el presentador también -Lorenzo Milá-, pero los 100 ciudadanos entrevistadores serán diferentes.
«A Mariano Rajoy le pediría que sea lo más natural posible. Creo que la naturalidad es la clave de un programa de estas características», asegura Milá, convencido de que «la gente es consciente de que un político no tiene por qué saber de todo o conocer todos los datos de memoria».
«Viendo a Ségolène Royal, a Nicolas Sarkozy o a François Bayrou, se nota que tienen un registro distinto cuando hablan en el Parlamento, en un mitin o con los ciudadanos y creo que nuestros políticos deben hacer algo parecido», insiste el presentador de Tengo una pregunta para usted, señor Rajoy.
A pesar de ser el segundo programa, los responsables de TVE, en general, y Milá, en particular, creen que «se mantiene la clave de la incertidumbre», porque los ciudadanos son diferentes y el personaje también lo es. Cierto que el primer espacio ha sido importante para dar pistas, tanto al público como al propio Mariano Rajoy, que ha podido aprender de los posible fallos del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Milá espera que la «veteranía adquirida viendo el programa anterior, no se traduzca en menos naturalidad por parte del público», dado que estará compuesto por personas distintas.
Sobre la posible respuesta de la audiencia, Milá asegura rotundo: «No me mojo, no me atrevo a posicionarme». Nadie en TVE se atreve después del excelente resultado cosechado por la cadena en términos de audiencia y de cuota de pantalla con la entrevista al presidente del Gobierno.
Para sorpresa de casi todos, incluidos los directivos de la cadena pública, una media de 5.834.000 telespectadores siguió el interrogatorio a José Luis Rodríguez Zapatero, con una cuota de pantalla superior al 30%, porcentaje al alcance de muy pocos programas. Con seis cadenas generalistas en abierto, esas cotas están casi sólo reservadas a los grandes eventos deportivos.
La alta audiencia obtenida por la entrevista al presidente fue todavía más llamativa porque esa noche, un martes, compitió con series de éxito como Los Serrano (21,89% de share) en Telecinco y House (18,3%) en Cuatro.
Mañana, el líder del PP tendrá la competencia de Sin rastro en Antena 3, una serie cuya cuota de pantalla oscila entre el 17% y el 20%. Pero, sobre todo, tendrá que competir con el estreno de una nueva temporada de Supervivientes, el concurso de Telecinco, que suele conseguir audiencias superiores a la media de la cadena, en torno al 20%.
Inicialmente, TVE planteó al PP celebrar la entrevista con Rajoy también en martes, pero finalmente hubo que consensuar otra fecha para poder cuadrarla con la agenda del líder popular.
Con todo, el espacio no está exento de polémica política. El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, aseguró ayer que TVE «podría haber hecho las cosas mejor», ya que, en su opinión, se va a celebrar en un periodo preelectoral. Por eso se preguntó si la cadena pública piensa «compensar» de alguna manera a los líderes de las fuerzas políticas que no han sido invitados al espacio. Llamazares considera «bueno» los debates políticos en prime time, pero no «distorsionando la realidad política».