VICTOR COLMENAREJO
Los Grizzlies de Memphis jugarán la próxima madrugada en Minnesota el último partido de la temporada. Será el punto y final al calvario en el que se ha convertido la campaña para Pau Gasol.
A pesar de que hace días que el equipo de Tennessee está condenado al farolillo rojo, el ala-pívot español sigue demostrando su profesionalidad en cada partido. Cuando, hace tres meses, Gasol expresó su deseo de ser traspasado, algunos periodistas cuestionaron su compromiso con la franquicia y parte de la afición comenzó a silbarle en cada encuentro en el FedEx Forum.
El de Sant Boi ha contestado en silencio, acreditando los mejores números de su carrera. Anoche escribió el penúltimo capítulo de esa travesía por el desierto. Gasol se fue hasta los 25 puntos, 15 rebotes y seis asistencias en el último duelo en casa de la temporada, que se saldó con triunfo frente a unos mermados Spurs.
Su repertorio incluyó una canasta desde casi la mitad de la pista -a unos 12 metros de la canasta- al filo del descanso. Un tiro antológico. El español ha anotado sólo 13 triples en sus seis temporadas en la NBA, pero ninguno tan lejano. Quedaban sólo dos segundos en el reloj cuando su compañero Hakim Warrick sacó de fondo. Gasol controló el balón todavía en su campo, dió un bote y se levantó desde 12 metros. No quebró el gesto ni cambió su mecánica de tiro. El lanzamiento entró limpio en el mismo instante en que la bocina señalaba el final de la primera mitad. Los Grizzlies se ponían 13 arriba en el marcador, antesala de su victoria por 101-91.
Independientemente del resultado del miércoles, los Grizzlies cierran la peor campaña de su historia desde que se trasladaron de Vancouver a Memphis. El balance es especialmente pobre si se compara con las tres últimas temporadas, en las que se clasificaron para los playoffs, con más del doble de victorias (50, 45 y 49) que en el curso que concluye.
Ayer se supo que el manager general, Jerry West, abandonará la nave a final de temporada. La salida de West podría suponer un cambio en la política deportiva de la franquicia. El futuro de Gasol se presenta incierto. El último puesto de la Liga concede a los Grizzlies las mayores probabilidades de llevarse la primera elección de la próxima lotería del draft. En caso de obtener el número uno, su elección tendría ya nombre y apellidos: Greg Oden. Con sólo 19 años es la mayor sensación del baloncesto universitario americano en años. Se dice de él que su sola presencia sería capaz de cambiar el rumbo de un equipo de la NBA.
Pero Gasol se muestra escéptico al respecto. No se termina de creer que ninguna incorporación vaya a cambiar de un año para otro la cara del colista. Por eso, el deseo del ala-pívot para este verano sigue siendo el mismo que tres meses atrás: abandonar Memphis y recalar en una franquicia con opciones reales en los playoffs. El partidazo de Gasol anoche en el FedEx Forum ante San Antonio pudo ser, no sólo el último en casa de la temporada, sino la despedida de su afición durante seis años.
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