Después de la abierta hostilidad con la que el Gobierno italiano ha acogido las negociaciones que AT&T y la mexicana América Móvil mantenían con Olimpia (la compañía que controla Telecom Italia) para hacerse cada una de ellas con el 33% de la firma, el coloso estadounidense tiraba el lunes la toalla y anunciaba su retirada. Una decisión que ayer reconfortó al primer ministro italiano, Romano Prodi, que desde Tokio lanzó un mensaje de alivio: quiere que la mayor compañía de telecomunicaciones del país siga en manos nacionales.

Y es que en la marcha de AT&T ha jugado un papel decisivo no sólo las furibundas declaraciones de numerosos miembros del Ejecutivo de centro-izquierda que lidera Prodi en contra del desembarco de «intrusos extranjeros» en Telecom Italia, sino también el anuncio, por parte del Gobierno, de incluir una enmienda en un proyecto de ley que se encuentra en trámite parlamentario y que permitiría desgajar la división de telefonía fija de Telecom Italia de la de móvil.

«La modificación de las reglas o, mejor dicho, las reglas poco claras y que pueden cambiar a mitad de camino llevan a la pérdida de credibilidad y a una posterior reducción de la posibilidad de inversiones extranjeras en Italia, que nunca han sido tan bajas como ahora», denunciaba Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Cofindustria, sobre la retirada de AT&T.

En la misma línea se pronunciaba el embajador estadounidense en Roma, Ronald Spogli, quien no dudaba ayer en achacar al intervencionismo del Gobierno italiano el repliegue de AT&T, asegurando que lo sucedido había puesto en evidencia la existencia de «una grandísima diferencia en lo que respecta a la importancia de la presencia del Gobierno en los asuntos económicos» entre Italia y EEUU.

«No sé si la posibilidad de separar ambas redes ha influido», aseguraba por su parte Prodi. Desde hace días se habla de la posibilidad de que Telefónica acuerde con Mediobanca e Intesa SanPaolo hacerse con el 66% de Olimpia. De momento, Intesa SanPaolo admitía el lunes su disponibilidad a entrar en el capital de Telecom Italia.