DANI CORDERO
BARCELONA.-
No es contagiosa pero se extiende por La Caixa como si se tratara de una plaga. La entidad cifraba ayer en 64 los casos que se ha cobrado la lipoatrofia muscular que corre entre los trabajadores de las Torres Negras, la sede central de Barcelona, y algunas oficinas del grupo financiero. La patología llegó incluso a afectar antes a algunas de sus participadas.
Mil empleados de Gas Natural no pudieron trabajar los dos primeros días de marzo en la singular y nueva sede de la compañía porque los mismos síntomas habían aparecido en 120 empleados. En Aguas de Barcelona (Agbar) también se ha dado algún caso, según desveló ayer la consejera de Trabajo de la Generalitat, Mar Serna, que anunció la preparación de «protocolo de actuación y una guía técnica específica».
Se trata de un trastorno que provoca la pérdida de tejido adiposo y que, básicamente, afecta a las piernas de las mujeres. Es consecuencia de diferentes factores: una baja humedad, los campos magnéticos que provocan las instalaciones eléctricas y de telecomunicaciones. Pero lo cierto es que no siempre es fácil saber qué sucede. Los servicios médicos de la gasista se vieron desbordados por la enfermedad laboral y tuvieron que elevar consultas a Bruselas -no a la Comisión Europea- porque los expertos conocían un caso similar en un grupo bancario belga.
En La Caixa todavía no saben qué sucede. Primero fue una veintena de casos y CCOO ayer alertó de que han surgido otros nuevos en las últimas semanas. Después, la entidad de ahorro aseguró que se han detectado un total de 64 casos, en todas las comunidades autónomas y no sólo en la sede central del grupo. De éstos, 42 corresponden a trabajadores de algunas de las más de 5.000 oficinas de la entidad, como varias de las situadas en Barcelona, Badalona, Sant Andreu de la Barca, L'Hospitalet de Llobregat, Sabadell, Santa Coloma de Gramenet, El Prat de Llobregat, La Roca del Vallés (Barcelona) y Valencia, según los datos aportados por CCOO.
Cuando sonaron las primeras señales de alarma, La Caixa aseguraba que, tras haber efectuado las mediciones corrrespondientes, no se habían detectado alteraciones importantes y que el caso había sido trasladado a la Inspección del Trabajo y a su mutua de accidentes, la centenaria Mutua Universal.
Ayer, la sección sindical de Comisiones lamentaba el proceder de dirección del grupo financiero y de la mutua patronal. Asegura que sólo puso humidificadores en las oficinas afectadas cuando la plaga saltó a los medios de comunicación. Hoy los responsables de salud laboral mantendrán una reunión en la que reclamarán que se considere una enfermedad laboral, aunque no se haya producido baja de los empleados.
La Caixa asegura que su colaboración con las administraciones pertinentes ha sido continuada y que las mediciones se han realizado sin conseguir ningún resultado extraño. Relativiza la importancia de la enfermedad. al señalar que sólo ha afectado a «un dos por mil de la plantilla» y añade que los casos están diseminados por toda la geografía española, con lo que intenta evitar que la enfermedad se relacione, exclusivamente, al poder de las Torres Negras.
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