Miércoles, 18 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6331.
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Zapatero llamará a Rajoy en junio para tratar de recuperar el consenso en la lucha contra ETA
Anuncia que convocará en junio a Rajoy Reitera que Batasuna no estará en las elecciones y que ETA puso «punto final» al diálogo
FERNANDO GAREA

MADRID.- Una vez que ETA ha puesto fin al proceso de paz y el Gobierno se propone impedir la presencia de Batasuna en las urnas, Zapatero recupera el tono de dureza frente a la banda y pretende recomponer la unidad con el PP contra el terrorismo.

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Para eso, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, convocará al líder de la oposición, Mariano Rajoy, en junio para intentar recuperar la unidad y el consenso contra ETA. O, al menos, eso anunció anoche en Antena 3. De forma reservada, Rajoy ha sido informado ya por el Gobierno en las últimas semanas del final del diálogo con ETA y del riesgo de que vuelvan a producirse atentados de la banda. Sigue en página 13

Zapatero fue entrevistado ayer en Antena 3 y en todo momento habló en pasado al referirse al proceso de paz. Expresamente aseguró que ETA puso fin a este diálogo con la bomba en la T-4 de Barajas el 30 de diciembre.

«Punto final, se acabó», dijo literalmente Zapatero al referirse ayer al diálogo con ETA.

Lo que no quiso es admitir si hay peligro de atentado de ETA y, por eso, utilizó la fórmula retórica de que las Fuerzas de Seguridad del Estado están siempre alerta.

El presidente del Gobierno aseguró que es fundamental recuperar la unidad frente a ETA y, por eso, anunció la convocatoria de la reunión con Rajoy, sin ponerle fecha exacta, pero en cumplimiento de su compromiso de hacerlo cada seis meses.

«Tengo intención de convocar, con el compromiso de reunirnos cada seis meses, al líder de la oposición. El tema de la lucha antiterrorista volverá a estar encima de la mesa en ese diálogo y ojalá podamos recuperar ese entendimiento, a pesar de la tensión intensa», aseguró.

El encuentro con el presidente del PP será en junio, después de las autonómicas y municipales, cuando se supone que se habrá calmado ya la presión de la cita electoral. El presidente intentará antes sacar el debate del terrorismo de la campaña, aunque sus colaboradores dan por hecho que el PP lo mantendrá como objeto de pugna política.

Por ejemplo, Rajoy no preguntará hoy sobre ETA a Zapatero en la sesión de control al Gobierno, pero si lo harán Eduardo Zaplana y Angel Acebes a María Teresa Fernández de la Vega.

Zapatero aseguró que el encuentro con Rajoy se celebrará «a pesar de la tensión para estar nuevamente juntos en la política antiterrorista».

El presidente mantuvo el tono de dureza frente a ETA y Batasuna que el Ejecutivo ha desplegado en las últimas semanas, con un doble mensaje: no permitirá que la formación ilegalizada esté en las elecciones municipales y forales y no habrá diálogo si no se pone fin a la violencia.

Sobre Batasuna dijo que «la ley se va a cumplir al pie de la letra y aquellas formaciones o candidaturas que no respeten íntegramente la ley no van a estar en las elecciones».

Ese objetivo se materializa en el rechazo a la inscripción de ASB, el nuevo partido abertzale, y en la impugnación de cientos de agrupaciones de electores. También hay voluntad de hacer frente a ANV (Acción Nacionalista Vasca), pero, en este caso, las investigaciones no han detectado vinculaciones con Batasuna y sólo será posible actuar si en las listas incluyen personas próximas a la formación ilegalizada.

Respecto a ETA, eludió la respuesta sobre los fallos en la verificación del alto el fuego y se limitó a reiterar que con violencia no hay diálogo y que la banda siempre ha intentado mantener su actividad mientras negociaba. Esto último supone admitir implícitamente que ETA nunca dejó de actuar durante el alto el fuego.

«ETA ha vuelto a negar lo que va a ser inevitable: el fin de la violencia. Todos los procesos de paz han tenido una característica: las organizaciones pretenden dialogar manteniendo algún tipo de violencia; eso es inasumible. No puede haber diálogo con violencia, para hablar de paz hay que dejar la violencia, para estar en las instituciones hay que respetar la ley y para hablar de política hay que haber superado la legalidad», aseguró.

Defendió su actuación porque «todo gobierno si ve que hay una posibilidad de llegar al fin de esa lacra después de 30 años lo debe intentar».

Zapatero rechazó expresamente la pretensión de Juan José Ibarretxe de convocar una consulta popular. De hecho, calificó de «idea sin futuro» la iniciativa anunciada por el lehendakari.

Preguntado por los periodistas Gloria Lomana, Juan Pedro Valentín y Alfredo Urdaci, Zapatero recordó que los referendos sólo pueden convocarse de acuerdo con lo que establecen los estatutos de autonomía y la Constitución, y confió en que el anuncio de Ibarretxe se quedará en una simple «idea». Tras el impacto de la entrevista coral de ciudadanos desconocidos en TVE, el presidente estuvo ayer mucho más cómodo en una comparecencia tradicional de poco más de media hora en Antena 3.

Respecto al terrorismo de raíz islámica, se negó a utilizar un tono alarmista tras los últimos atentados en el Magreb. Dijo que el 11-M demostró que hay que tener «la máxima capacidad de respuesta» y aseguró que la masacre de Madrid obligó a «elevar la capacidad de prevención del islamismo radical».

Aseguró que antes había 150 policías dedicados a combatir esta amenaza y ahora hay 1.000; había cinco traductores de árabe y ahora hay 70 y se creó un Centro de Coordinación Nacional Antiterrorista, por lo que concluyó que «estamos mejor preparados, con mejor información e inteligencia».

Pese a todo, añadió que «el riesgo siempre existe» y negó que al PP se le haya acusado desde su partido de imprevisión.

No sólo puso en duda, si no que rechazó la supuesta participación de ETA en el 11-M. «Estamos en un juicio que se está celebrando con absoluto rigor y ha habido una investigación profunda y hasta ahora no ha aparecido ETA, pero la sentencia lo dirá».

El presidente del Gobierno hizo una «llamada al sentido común» para evitar llegar «al absurdo y a la tensión política de construir una tesis que no tiene fundamento ninguno» que es a dónde lleva, según él, vincular a ETA con el 11-M. Aseguró que se ha creado «una tensión política por construir una tesis sin fundamento político, porque el 11-M fue un atentado de radicales islamistas, seguidores de la yihad islámica».

De cara a las municipales y autonómicas aseguró que su objetivo es que el PSOE vuelva a ser el partido más votado y negó que esas elecciones sean unas primarias de las generales.

El presidente reiteró los datos económicos positivos, repitió que agotará la legislatura y se comprometió a celebrar debates con Rajoy antes de las generales de marzo.

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