El grupo estadounidense invertirá 3.100 millones de euros en el nuevo modelo, que producirá en las fábricas europeas de Bochum, en Alemania; Ellesmere Port, en el Reino Unido; Trollhattan, en Suecia y Gliwice, en Polonia y sustituirá al actual en primavera de 2010.

La fábrica de GM en Anwerp (Bélgica) ha sido la más perjudicada en esta distribución de trabajo, al perder la producción del Astra en favor de la factoría sueca de Trollhattan y, sobre todo, de la alemana de Bochum, principal candidata a sufrir su deslocalización. Como consecuencia, el grupo recortará 1.400 empleos en Bélgica, el equivalente a un turno de trabajo en la fábrica, que emplea a 4.300 personas en el área de producción y fabricó 224.000 unidades del modelo compacto en 2006.

La decisión supone un duro golpe para la ya maltrecha industria belga del automóvil, que en los últimos años ha sufrido severos recortes de empleo por parte de grupos como Ford o Volkswagen. GM subrayó en cualquier caso que su distribución del trabajo ha evitado el cierre de fábricas. Una medida así hubiera chocado frontalmente contra los sindicatos del grupo, que tras el cierre de la planta portuguesa de Azambuja el pasado mes de diciembre advirtieron que no tolerarían otro cierre más.

El Astra es el modelo de mayor éxito de GM en Europa y toda una garantía de trabajo. El año pasado las cuatro plantas encargadas de fabricarlo (Antwerp en Bélgica; Bochum en Alemania; Ellesmere Port en Reino Unido y Gliwice en Polonia) produjeron más de medio millón de unidades. Vendido en Europa bajo la marca Opel, General Motors ha comenzado a comercializarlo en EEUU bajo la marca Saturn.

Para su próxima generación, GM prevé la producción de 750.000 unidades anuales. La competencia entre plantas para asignarse su producción ha exigido compromisos sobre menores tiempos de fabricación y mejoras de productividad de hasta el 30%.