Rodeado de históricos de Convergència i Unió como Macià Alavedra, Joaquim Molins, Maria Eugènia Cuenca o Miquel Roca -que ejerció de maestro de ceremonias-, Josep Antoni Duran Lleida presentó ayer su libro Entre una España y la otra. Del 11-M al atentado de Barajas (Temas de Hoy) dejando claro que se siente cada vez más fuerte dentro de la federación nacionalista.El líder de Unió repasó los contenidos de su texto y se atrevió a posicionarse, por enésima vez, contra el presidente de CiU, Artur Mas, al afirmar que no ve «ninguna razón de urgencia» para reformar la Constitución, ni siquiera en el caso de que el Tribunal Constitucional (TC) adelgace el nuevo Estatut.
Duran fue incluso más tajante cuando exclamó, en referencia a la Carta Magna: «¡Que no me la toquen!». «No es la que habríamos hecho, no sé qué hará el TC, no la sacralizo, pero prefiero que, hoy por hoy, no la toque nadie», añadió. El líder de Unió se refería al clima de «enfrentamiento» que a su juicio se vive entre las «dos Españas», hechas partido político en el PSOE y el PP, y la necesidad de encontrar un espacio entre ellas que devuelva la tranquilidad al escenario político nacional.
«Tercera España»
Esa es también la tesis central de su libro que, por lo demás, arroja luz sobre las ideas de Duran en múltiples asuntos. Ayer, en la presentación, quiso dejar claro por ejemplo que mantiene su intención de que la federación entre en el Gobierno español lo antes posible, porque «la prioridad de CiU es defender al pueblo de Cataluña, y hay que hacerlo allí donde haga falta».
La «tercera España» que defiende Duran es, en su opinión, el único escenario favorable para Cataluña. «La historia nos demuestra que no nos conviene la confrontación entre las dos Españas, porque la historia nos demuestra que, cuando eso pasa, siempre acaba recibiendo Cataluña».
Duran retrocedió hasta la época de la Segunda República para recordar que Manuel Azaña fue considerado el político más cercano a la sensibilidad catalanista. «No porque lo fuera, sino porque la derecha se puso muy anticatalanista. Lo mismo le ha pasado a Zapatero», destacó. También criticó la gestión del proceso de paz tanto del PSOE como del PP-«peor no se podía hacer», dijo- y pidió a los dos partidos que «pasen página» del 11-M. «Unos lo han utilizado durante tres años, y los otros podrían tener la tentación de utilizar la sentencia en el sentido contrario», explicó.
Duran también se mostró en contra de la Ley de Memoria Histórica del Ejecutivo, porque, según afirmó, son «dos conceptos incompatibles».En cuanto a la política exterior española, indicó que el Gobierno de Zapatero «no tiene hoja de ruta», y que el «equilibrio» que se rompió en la época de Aznar no se ha recuperado.
El líder de Unió defendió también el papel de CiU en la situación política actual, tanto en Cataluña como en España, más allá de la participación en el Gobierno central. «Cataluña es menos respetada que antes después de los últimos cuatro años. No se han hecho bien las cosas. La gente quiere otra cosa, y CiU puede donar respuesta a esta demanda social», dijo.
Durante su presentación, Miquel Roca dio su apoyo a la voluntad de Duran de entrar en el Gobierno central -«no encuentro una sola razón que pueda oponerse», dijo- y reclamó la «vuelta a la centralidad, que es progreso» en la vida política. «España ya la ha perdido, y desearía que Cataluña no la perdiese», concluyó.