Además, Sirera exigió la comparencia del conseller d'Obres Públiques, Joaquim Nadal, para que explique la situación de las obras y los riesgos de las fisuras detectadas. Por contra, fuentes municipales apuntan que los servicios técnicos del Ayuntamiento han valorado que las hendiduras de las viviendas no conllevan por el momento ningún peligro e, incluso, han concluido que las grietas de algunos inmuebles no se deben en ningún caso a las obras del metro.

Por su parte, los afectados han reclamado que Gisa, la empresa pública encargada de la ampliación del metro, publique el informe de evaluación del estado de los edificios. Los comerciantes aseguran que la clientela ha disminuido desde el inicio de las obras y que el retraso en la apertura de la zona comercial -se preveía que la primera fase terminase en octubre de 2006- ha provocado el cierre de 24 establecimientos.

La Generalitat ha admitido la aparición de grietas en los inmuebles colindantes con las obras, aunque ha apuntado que no existe riesgo ya que las aberturas se hallan en un proceso «muy inicial». En 2005, la construcción de la nueva Línea 9 ya provocó hendiduras en diferentes puntos de Badalona y Santa Coloma.