«Se trata de una obra difícil, compleja, rica, misteriosa y perversa», reconoció ayer en la puesta de largo Gerardo Vera, director del Centro Dramático Nacional. Un grupo de gánsters se encierra en una habitación del séptimo piso de un lujoso hotel donde tienen secuestrada a la hija de un millonario. Cuando ésta aparece asesinada (quién sabe por quién) y los policías rodean el edificio, arrancan las verdaderas complicaciones. Uno de ellos se viste con las ropas de la chica para hacer creer a los agentes que aún sigue viva y así ganar tiempo mientras deciden cómo salir del atolladero en el que están metidos. «Esto no es más que el caparazón que Genet aprovecha para vomitar a través de los personajes su profunda concepción de la vida», explica Plaza. «Es un texto poético, engañoso. A primera vista, parece una novela negra, pero detrás se esconde un drama metafísico», añade.

El travestismo, las falsas apariencias o la dificultad de mirarse al espejo en el que todos nos vemos reflejados son algunos de los temas que Genet aborda en su obra. En ella, retrata una sociedad retrógrada, «que lamentablemente se parece a la de hoy», afirmó el que ex profesor del Laboratorio William Layton. Aprovechó, además, la ocasión para arremeter contra «la oposición» (véase el PP) y afirmó sentir «vergüenza del papel que está interpretando», además de puntualizar que es precisamente a esa gente, a la que comulga con su forma de pensar, a la que «Genet escupe a la cara en su obra».

Splendid's se representa por primera vez en Madrid. El autor de Las criadas se opuso a que esta obra fuese publicada, por esta razón no vio la luz hasta 1993, pese a ser escrita en 1948. Ese mismo año, el autor francés recibía el indulto.

«He robado porque los demás me creían ladrón», solía decir Genet, quien se encontraba en prisión cumpliendo condena por sus prácticas delictivas y por haber ejercido la prostitución por toda Europa. Fue puesto en libertad después de que personajes de la talla de Jean-Paul Sartre, Pablo Picasso o Jean Cocteau instaran al Gobierno de la República a que le eximiera de los años que le restaban en prisión.

Helio Pedregal, Alberto Berzal, Israel Frías, Carlos Martínez-Abarca, Daniel Ortiz, Sergio Otegui, Joseba Pinela y Antonio Zabalburu son algunos de los actores que han prestado su piel a los personajes de Genet. «El trabajo que hemos hecho es un profundísimo buceo hacia un fondo donde lo que hay es un detritus de lo moralmente establecido», comenta Pedregal. «Ningún espectador de Splendid's debe esperar ver un discurso masturbatorio sino todo lo contrario, se verán obligados a reconocer de sí mismos cosas que no les apetece asumir», sentenció.

No es de extrañar que una tarea como ésta haya supuesto un gran reto interpretativo para el elenco. «Cuando hicimos la primera lectura de la obra, no había forma de entenderlo. Después de haber trabajado con textos de Arthur Miller, Lope de Vega o Tirso de Molina, me encontré con uno al que no podía aplicar mi experiencia», confiesa Frías, quien interpreta a Riton, uno de los mafiosos. «Es por esta razón por la que me siento orgulloso del resultado que hemos obtenido», dice.

Partiendo de una premisa que recuerda a la de la película Tarde de perros, de Sidney Lumet, y con una escenografía que nos remonta a aquella en la que Tim Roth le cortaba el dedo a uno de los amigos de Tarantino en Four rooms -con un punto gótico-, Splendid's cobra vida por fin.

José Carlos Plaza, totalmente fascinado por el escritor maldito, confesó: «Por primera vez en mi vida, no sé si lo que hemos hecho ha quedado bien o mal. Y la verdad es que me da igual».