BARCELONA 5
GETAFE 2
Jorquera
Zambrotta
Puyol
Márquez
Gio
Iniesta
Xavi
Deco
Messi
Eto'o
Gudjohnsen
Cambios: Oleguer por Gudjohnsen (m. 66)
Saviola por Messi (min. 76)
s.c.
Ezquerro por Eto'o (min. 82)
s.c.
Luis
Cortés
Belenguer
Alexis
Paredes
Alberto
Celestini
Cotelo
Casquero
Nacho
Manu del Moral
Cambios: Güiza por Alberto (min. 46)
Pachón por Cotelo (min. 75)
s.c.
Pulido por Paredes (min. 83)
s.c.
Arbitro: Mejuto González
Tarjetas amarillas: Cortés, Paredes, Cotelo, Nacho y Márquez.
Tarjetas rojas: No hubo.
Goles: 1-0: Xavi (min. 17). 2-0: Messi (min. 29). 3-0: Messi (min. 44). 3-1: Güiza (min. 57). 3-2: Nacho (min. 59). 4-2: Gudjohnsen (min. 66). 5-2: Eto'o (min. 74).
CAMP NOU. 50.000 ESPECTADORES.
BARCELONA.- «...¡Quiero llorar! ¡Dios santo, viva el fútbol, golaaaazo! ¡Diegoooool Maradona! Es para llorar, perdónenme...». No estaba Víctor Hugo Morales ayer en la tribuna de prensa del Camp Nou. No era el Getafe Inglaterra ni estaban abiertas las heridas de la Guerra de las Malvinas ni aquello eran las semifinales de un Mundial. Sin embargo, habría sido bello que el veterano periodista uruguayo pudiera rememorar la página más gloriosa de la historia del fútbol. Messi hizo un homenaje al fútbol de antaño, al fútbol de siempre, reviviendo la fabulosa «corrida memorable, en la jugada de todos los tiempos» con que el gran Diego humilló a los ingleses.
Messi dio 13 toques a lo largo de 11 segundos. Dos para sortear hasta a cinco rivales y recorrer una de sus mortíferas diagonales -la diagonal que siempre soñó- para calcar el gol de Maradona, premiar a los 53.000 espectadores que sí valoran la Copa en Barcelona, y dejar claro al Getafe que, a pesar de su fútbol aseado y fino, el Barcelona estará en la final de su torneo. Al esforzado lateral Cortés habrá que agradecerle toda su vida que en su deseperado esfuerzo por evitar el gol no sacara la mano y lo alcanzara. Habrá que agradecerle a Xavi que le diera ese intrascendente balón en su propio campo. Habrá que agradecer a Doña Celia que un día decidiera llevar a su nieto Lionel a jugar al fútbol con sus hermanos mayores, Rodrigo y Matías. Habrá que agradecer a Messi su descaro, su alucinante aceleración, su amor a la pelota.
La jugada concentró todas las pasiones de un partido grande, que disputó un Barça en que los talentos individuales afloraron en ausencia de Ronaldinho y el orgullo de un impecable Getafe. En el primer minuto, los de Schuster demostraron que su juego de toque y achique merece calificativos mucho más generosos que la etiqueta de equipo revelación. En una jugada trazada a velocidad de vértigo, Casquero se presentó ante Jorquera y sólo una gran parada del guardameta evitó el gol.
Superado el susto, el Barça se fue encontrando poco a poco, y hasta recuperó la virtud que le hizo grande: la presión arriba. Un gran Deco espoleó a Eto'o y Gudjohnsen en esa tarea, mientras Messi ejercía de Houdini en el primer cuarto de hora. En el 17, el Camp Nou tuvo su primera ración de caviar.
Messi vio a Xavi dentro del área y el medio centro, en un detalle exquisito, recibió girando sobre su propio eje al tiempo que acariciaba el balón con su pie derecho. El gesto le dejó solo dentro del área, con Belenguer burlado. Antes de que llegara Alexis, Xavi colocó el balón ajustado al palo.
Hasta entonces, Zambrotta había sido el único barcelonista que buscara la portería de Luis García. Pero la maravillosa definición a cámara superlenta de Xavi hizo creer al Barça que aquélla podía ser una gran noche. En el minuto 29 llegó la proeza de Messi, que dejó las gradas llenas de pañuelos, a Gudjohnsen y Deco con las manos en la cabeza y al rival seriamente tocado. Los de Schuster salieron valientes a por el líder de Primera, pero se encontraron a un futbolista de otra galaxia que les recordó que el Getafe, pese a ser posiblemente el que mejor juega de ellos, es sólo el tercer equipo de Madrid.
El aluvión barcelonista fue a más. Xavi, Iniesta y Deco se hicieron los amos de la medular pese a los cinco hombres que había situado en la zona el Getafe. Justo antes del descanso, el portugués cabalgó por la izquierda y vio a Messi solo en el área. Le dio el balón y el menudo argentino lo controló, amagó y clavó el balón en la escuadra de Luis con un zurdazo terrible.
Era la media parte y la semifinal parecía resuelta con el 3-0. Sin embargo, los de Schuster no se descompusieron y sacaron a relucir esa receta mágica que es el jugar agrupados, querer el balón y jugarlo buscando espacios. Güiza avisó nada más empezar el segundo tiempo, y poco después tuvo su premio aprovechando un mal despeje de Jorquera tras lanzamiento de Casquero. Era el minuto 58 y el Barça estaba oficialmente KO, en una de sus gloriosas pájaras. Dos minutos después, Nacho culminó un contragolpe y puso un increíble 3-2 en el marcador.
Por desgracia para los azulones, que ayer lucían de pistacho, al Barça le quedaba tiempo de aumentar su renta. Los de Rijkaard volvieron a parecerse ayer al equipo intratable de otros años, y Gudjohnsen, primero, y Eto'o, después, estiraron el marcador hasta un 5-2 que parece cerrar la eliminatoria. Pero las minucias terrenales tenían ayer poca importancia. La noticia era que un minúsculo delantero acababa de pedir acomodo junto a los más grandes. Aunque sólo sea una vez en la vida, hoy es el día en que el mundo del fútbol perdonará el sacrilegio. Hoy pueden decirlo alto y claro: Messi es Maradona.
Vea el gran gol de Messi y el resumen del encuentro Barça-Getafe en:
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