Según informaron fuentes de la delegación de árbitros de Castellón a la agencia Efe, el joven colegiado, que lleva tres temporadas en el arbitraje y ésta es la primera campaña en la que dirige partidos de Segunda Regional, relató que los dos clubes acordaron no aplazar el encuentro y sí pactar un resultado final, el que señaló el acta arbitral con un 0-9 favorable al Càlig. Acuerdo al que se avino el colegiado, aunque sin especificar las razones.

Los hechos ocurrieron el pasado día 1 de abril en el campo La Lloma de Culla. El conjunto local, colista del grupo, recibía al Càlig, segundo clasificado de la categoría, y no contaba con el suficiente número de jugadores para disputar el encuentro.

A continuación, y según relató el colegiado, los responsables de ambas entidades acordaron dar por disputado el partido. Es más, al parecer hubo una acalorada discusión entre los delegados de los dos equipos por el resultado final que se tenía que acordar, con el colegiado como espectador.

Siempre en versión del árbitro, el directivo del Càlig solicitó un marcador final de 0-14, algo a lo que se opuso el Culla, por lo que al final Iván Montoliu, delegado del conjunto local, y Alberto Ferrer, del Càlig, acordaron un resultado de 0-9 a favor de los segundos.

Juan Manuel Ortiz Calvo, un joven árbitro de Castellón, reconoció su error y señaló que acatará la sanción que le imponga tanto la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana como el Comité Territorial de Arbitros, y mostró su arrepentimiento por lo sucedido, ya que se trata de un caso bastante curioso. Ahora habrá que esperar a conocer la sanción de estos dos estamentos del fútbol.

Probablemente, sea apartado de su actividad, aunque las sanciones deberán ser determinadas con independencia de la trascendencia mediática. No ha recibido, sin embargo, acusaciones de otro tipo el colegiado, aunque es de suponer que las investigaciones también recogerán los testimonios de los implicados en el supuesto pacto de estos dos conjuntos de Segunda Regional.