REAL MADRID 83
AKASVAYU GIRONA 72
Raúl López (-)
Smith (20)
Mumbrú (6)
Hervelle (9)
Sekulic (13)
Reyes (18)
Tunçeri (3)
H. Sonseca (-)
s.c.
Bullock (14)
Tomas (-)
Nguema (-)
s.c.
McDonald (9)
Thornton (2)
Salenga (8)
Fucka (2)
Bagaric (-)
G. Gabriel (7)
S. Emeterio (16)
M. Gasol (9)
Marinovic (11)
Middleton (8)
Arbitros: García Ortiz, Murgui y Pérez Niz
1er CUARTO 2º CUARTO 3º CUARTO 4º CUARTO
26-17 17-15 21-22 19-18
VISTALEGRE. 5.200 ESPECTADORES.
Eliminados: No hubo.
MADRID.- Pagó caro el Akasvayu su bautizo europeo del pasado domingo. Ni rastro del flamante campeón de la FIBA Cup, de ese equipo made in Pesic instalado desde el principio de temporada en la parte noble de la clasificación. Fue ensombrecido por otro campeón europeo reciente, un Real Madrid mucho más lucido anoche, en busca y captura de ese baloncesto arrollador de los inicios de campaña.
El duelo de campeones continentales se presentaba igualado a priori. Los gerundenses habían sido el primer equipo en tumbar a los blancos en Liga, allá por finales de diciembre. Sin embargo, ayer no pudieron hacer gran cosa ante las múltiples alternativas del fresco grupo de Joan Plaza. La ventaja (14-4) que se estableció en los primeros vaivenes del choque fue ya una montaña insuperable para los catalanes, que tendrán que seguir sudando para asegurar su objetivo de contar con el factor cancha a favor en los próximos playoffs por el título.
Como el baloncesto no son sólo centímetros, la apuesta inicial por las alturas de Svetislav Pesic no obtuvo recompensa. El Real Madrid yuguló a Bagaric y Fucka, las torres visitantes (430 centímetros entre ambos), y golpeó sin piedad sus puntos débiles. La movilidad de Sekulic y Hervelle (fenomenal ayer el belga), instigada por la velocidad y clarividencia de Raúl López -repartió ocho asistencias a pesar del tremendo golpe que sufrió en el primer cuarto-, destrozó desde el comienzo al Akasvayu. Ni siquiera la rápida salida de la segunda unidad (Marc Gasol, San Emeterio y Marinovic), consiguió reenganchar a un equipo demasiado precipitado ayer. Fue tal el enfado de Pesic con su pareja de pívots gigantes, que apenas volvieron al parqué de Vistalegre en el resto del choque. Lo máximo a lo que llegó a aproximarse el Girona fue a seis puntos, justo antes del descanso (38-32, tras una canasta del cuarentón Middleton). Pero la relajación local la compensó Charles Smith con un triple (acabó con 20 puntos) que empinó de nuevo el calvario del rival y puso justicia en el marcador al descanso.
Reyes. La segunda parte no cambió la cara del choque. Los de Pesic seguían tragándose contra tras contra, pecado capital frente a los blancos. Sus precipitados ataques propiciaban las fugaces y cómodas transiciones de los locales. Ni siquiera hacía falta el perímetro para los madridistas. Encima, en este tercer acto, Felipe Reyes se sumó a la fiesta con 13 puntos y las diferencias se dispararon hasta la máxima de 15 (62-47, min. 27). Todo estaba vendido y ni siquiera la perspectiva de un último cuarto dio esperanza a un grupo aún de resaca, demasiado maniatado ante la versatilidad de su oponente.
Precisamente ese acto postrero fue el más insípido, para certificar una victoria que mantiene al Madrid en la pugna por el primer puesto en la fase regular. Dentro de una semana, también en Vistalegre, Real Madrid y Tau vivirán el asalto definitivo, quién sabe si final anticipada. Mientras, los blancos continúan en busca de sí mismos y, por lo apreciado anoche, cada día parecen más cerca de conseguirlo, de volver a ser lo que fueron no hace demasiado. De ser así, su candidatura al título liguero sería más que firme.