El veterano periodista inglés Bob Fisher, que el pasado domingo escribió en el portal Sail-world.com un duro artículo sobre la ciudad de Valencia por su supuesta violencia y sus malos olores, es uno de los más contundentes. «Dicen que esto no es normal aquí y lo cierto es que en el deporte de la vela sin viento no se compite. Pero en mi opinión, la organización ha elegido mal las fechas... y quizás la ciudad», señala el también columnista de The Guardian.

Menos crítico y más preocupado se muestra Bruno Troublé, ex patrón y creador de la Copa Louis Vuitton: «Estos días sin competición hacen mucho daño a la credibilidad de la Copa América y al deporte en general. Muchas, muchas, páginas de periódicos en Francia o en Italia se van a quedar en blanco, sin hablar de las regatas, y peor les van las cosas a las televisiones de todo el mundo que están cubriendo la Copa América».

Hoy los aficionados dan un salto en el tiempo para recordar que en Auckland, en la edición de 2003, llegaron a suspenderse más de la mitad de las regatas. Pero Bruno Troublé matiza este hecho. «El problema es que aún no ha comenzado la Copa Louis Vuitton, si por lo menos se hubieran disputado un par de jornadas, no existirían tantos problemas». Desde Nueva Zelanda también admiten cierta preocupación pese a la máxima de no hay viento, no hay regata. En opinión de la periodista del New Zealand Herald Julie Ash, el tiempo es impredecible en cualquier parte, pero recuerda que «Valencia fue elegida por su viento constante». Otro de los problemas que conlleva los caprichos del viento es el reajuste que deberá sufrir el programa previsto. En un principio en cada jornada se disputan dos mangas por equipo, pero «a este paso habrá que celebrar tres y cambiar las fechas para celebrar las semifinales, algo que sería muy duro para los regatistas».

Pero también existen enviados especiales que esbozan una sonrisa por la huelga de viento que está azotando la competición. «Yo estoy contento porque no me gusta cuando se piensa que todo se puede poner dentro de una caja. La Copa América es gente y es viento y no es posible venderlo en una semana», apunta Gian Luca Pasini de La Gazzeta dello Sport. El periodista italiano reconoce que el retraso que está sufriendo la Copa Louis Vuitton «puede llegar a adulterar la competición» y advierte de que el Defender es el único que se beneficia. «Todo lo perdido lo gana el Alinghi porque los desafíos no navegan, ni se entrenan, no pueden perfeccionarse», dice.

Cuando algo sale mal hay que buscar culpables. Los dedos acusadores se bifurcan: unos señalan a ACM por elegir el inicio de la regata en primavera, otros a la elección de Valencia. Según la organización, son los equipos quienes pidieron empezar la Louis Vuitton en estas fechas. Pero la mayoría de medios de comunicación consideran que la respuesta está en un punto intermedio. «Quizás deberían haber analizado con mayor precisión las estadísticas históricas del campo de regatas en este periodo porque parece que el programa ha empezado pronto», afirma el director de la revista italiana MainSail, Giuliano Luzzatto. Más flexible todavía se muestran en el L'Express suizo. «¿Qué le vas a hacer? En Suiza, por ejemplo, hay inviernos en los que no hay nieve y en las estaciones de esquí se ve el verde del prado», esgrime Santi Terol.

Pero para escuchar lamentaciones no hace falta salir del país. Es el caso de Nacho Gómez-Zarzuela, redactor del diario Marca: «Es una pena que después de cuatro años esperando no hayan comenzado las regatas, y estoy algo cansado de que estén atacando a Valencia porque no haya viento en tres días. La vela es así».