Para la alcaldesa, que antes de llegar aquí trabajó como abogada laboralista en CCOO, se abre una nueva etapa. «Ya he pedido la reincorporación a mi puesto de trabajo como subinspectora de Trabajo y Seguridad Social». Y seguirá en la Dirección Federal de IU. «Me gusta trabajar con Llamazares». Pero las despedidas siempre son duras...

Juntos, en el despacho que ella abandonará en breve y que él, previo apoyo de las urnas -en las últimas elecciones contaron con el 52% de apoyo-, ocuparía, llega el momento de hacer balance. «Cuando entré en el Ayuntamiento, no teníamos ni dinero para la gasolina de los coches de policía, ¡imagínate!». Lento, pero seguro, empezaron a diseñar un proyecto de ciudad que valora la calidad de vida de los vecinos y su participación por encima de casi todo. «Tenemos la ciudad de la región con más plazas en escuelas públicas en relación con el censo de población». De servicios públicos, pueden presumir. En breve alardearán hasta de Metro y hospital. «La primera reunión que tuve con Luis Eduardo Cortés, Consejero de Transportes entonces, fue para pedirle el Metro», recuerda Montse.

Viste vaqueros, botas y una camisa blanca con chaleco. Salta de un tema a otro como cuando se ven las fotos de un viaje, donde las anécdotas son también parte fundamental de la aventura. En este municipio situado a 17 kilómetros de Madrid, el Consistorio está siempre abierto para los vecinos. «Aquí me han contado de todo. Hasta una persona me pidió que pusiera el toque de queda, porque en verano la gente estaba en las terrazas y él, que se tenía que levantar pronto, no podía descansar». También los más jóvenes han hecho sus propuestas a la alcaldesa. «No llegaban ni a las papeleras ni a las cabinas y hubo que adaptarlas». Los pequeños detalles tienen su importancia. Al menos, eso cree este equipo de IU.

«Una ciudad nunca se acaba», comenta Julio, quien tiene por delante «muchos proyectos en marcha». La rehabilitación del casco histórico, por ejemplo, es uno de ellos. Sin olvidar, el desarrollo y la ampliación de los servicios públicos, de nuevo «la calidad de vida de los vecinos» sobre la mesa, y avanzar en tema de vivienda pública. Tienen dos centros de salud y uno en construcción, siete colegios y tres institutos -todos públicos-, escuela de idiomas, dos escuelas infantiles municipales -más una de la Comunidad-, dos casas de niños, dos centros de mayores... Un detalle: «En San Fernando, los colegios se pintan todos los años». De los 62 millones de presupuesto del Consistorio, la educación se ha chupado 14 en los últimos cuatro años. «Es el único municipio que tiene escolarizados a niños de dos años en red pública. Estamos a la vanguardia». Aunque lo que más agradece la todavía alcaldesa es saber que ha solucionado un problema a la gente. «Aquí hicimos el primer plan integral contra la violencia de género en 1996».

Pero entre tanta actividad, también ha habido momentos duros, muy duros. El 11-M no se olvidará. Montse, que no supo hasta las 10.30 de ese mismo día que su pareja no iba en uno de los trenes, vivió sus momentos más difíciles durante los días posteriores. «Tanto dolor, tanto sufrimiento...», se emociona. «Me duele que se haya utilizado tanto en el debate político». Desde el Ayuntamiento mantienen el contacto con las familias afectadas. «Nos han dado a todos una lección. No es fácil convertir tanto dolor en solidaridad».

Una visita en fiestas a la localidad le bastó a Montse para querer vivir en San Fernando. «Me gustó el ambiente... antes vivía en Aluche». Y tanto le gustó que hasta se lanzó a conquistar la alcaldía.