Los 30.000 euros que ha costado el monolito han sido sufragados íntegramente por los comerciantes del recinto de La Lonja, situado en el número 157 de la avenida de Moratalaz, un espacio al que tiene acceso el público durante las 24 horas del día. Los empresarios intentaron sin éxito conseguir una ayuda de la Junta Municipal. «La presidenta del distrito, del PP, Fátima Núñez, nos dijo a través de un asesor que desestimaba el proyecto», según explicó Jesús Font, uno de los promotores del homenaje.

El monumento es de una sola pieza de piedra de granito. Tiene una altura de cuatro metros y ha sido obra del cantero del Berrueco, Alfredo García. Se encuentra rodeado por cinco cipreses que representan los cinco años en los que Suárez fue presidente del Gobierno, entre 1976 y 1981. Un círculo de flores ornamentales remata la obra ubicada en el centro del recinto comercial privado de La Lonja. En lo más alto reza la siguiente inscripción: «Comerciantes y vecinos a Don Adolfo Suárez, ex presidente del Gobierno de España 1976 y 1981».

Fue hace aproximadamente un año cuando a Jesús Font y Carlos Maldonado, dos de los comerciantes de La Lonja, se les ocurrió reconocer «la labor que Adolfo Suárez tuvo en la época de la Transición». «Siempre hemos sido dos admiradores de su intuición y audacia en aquellos años y pensamos que lo mejor era darle un homenaje», explicó Font. «Hablamos con la familia de Suárez y no nos pusieron ninguna pega para hacerlo. Tan sólo nos dijeron que no querían que se politizase», continúa Font. «Rápidamente me puse en contacto con un amigo de la mili que es cantero y me dijo que sin problemas», agregó. Con el proyecto en marcha decidieron acudir a la Junta Municipal del Distrito en busca de alguna ayuda. «No queríamos que lo pagarán por completo, pero sí conseguir un empujón». «Nos reunimos con un representante y nos admitieron que era una brillante idea. Pero pasaron dos, tres y cuatro semanas y no nos llamaban. Entonces acudimos a la Junta y nos confesaron que la presidenta del distrito lo había desestimado».

«Eso no nos desanimó», prosigue Font. «Al contrario, con ayuda de varios de los comerciantes conseguimos el dinero y aquí está, delante de nosotros el primer monumento dedicado a Suárez».

En el acto de inauguración de anoche no se leyó ningún discurso. Tampoco acudieron políticos para evitar que «nadie se colgase una medalla». Tan sólo se ofreció un pequeño aperitivo y se repartió un manifiesto en agradecimiento a la personalidad de Adolfo Suárez. «Estos días he hablado con su hijo y me ha dado las gracias ya que están pasando por un duro trance». «Él ha podido perder la memoria, pero nosotros no le vamos a olvidar», sentenció Font.