Jueves, 19 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6332.
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ALFREDO MERINO

Deporte urbano. El Maratón Popular de Madrid, MAPOMA, celebra el próximo domingo 22 de abril su 30 aniversario y lo hace a lo grande, con una participación de 13.000 corredores y un nuevo trazado por las calles de la capital

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Ha sido más corto de lo que podría pensarse. Los que tuvieron la ocasión de ser entonces los protagonistas de aquel suceso, mirarán con nostalgia las entrañables imágenes que acompañan estas líneas.

Será el próximo domingo, exactamente siete días menos de la fecha habitual, el último domingo de abril, pero a quién le importa eso ante la grandeza de las cifras que maneja este formidable evento.

Hablamos de más de 200.000 competidores que han participado en todo este tiempo en un desafío fuera de lo normal: correr una maratón, 42 kilómetros y 195 metros. Hablamos de la cita más veterana de la larga distancia española. Hablamos de una auténtica explosión popular que debe contemplarse como la traducción al deporte de una democracia recién nacida en la España de finales de los setenta, después de cuarenta años de dictadura.

También hablamos de una docena de cambios a lo largo de su historia, en busca del recorrido perfecto. Hablamos de más de 50.000 voluntarios que, por nada, se convirtieron -siguen siéndolo- en ángeles de la guarda y psiquiatras de guardia para esos héroes del asfalto. Hablamos de los millones de kilómetros que han soportado en sus piernas los atletas madrileños. Hablamos de alegrías, lesiones y miedos sin cuento. Hablamos, en fin, del MAPOMA, del Maratón Popular de Madrid.

Con una semana de adelanto, el próximo domingo 22 de abril, se celebra la 30 edición del MAPOMA. El último domingo del mes de abril ha sido la fecha tradicional para el desafío pedestre. Este año los organizadores han decidido adelantarlo un fin de semana.

La razón es evidente: evitar el puente del Primero de Mayo. «A pesar de los problemas que hemos tenido, pues coincide con el maratón de Londres, creemos que va a merecer la pena, pues así evitamos la desbandada de esos días festivos, que siempre han sido un handicap para nosotros», explica Pedro Rumbau, presidente de la organización del MAPOMA.

Todo comenzó como un desafío, casi una enajenación que tuvo un puñado de adelantados. El 21 de mayo de 1978, en las calles adormecidas sonó un disparo que trajo la democracia al deporte popular. Fue la señal de partida de una carrera que ya dura 30 años.

En aquella ocasión fueron 7.630 los corredores que salieron, terminándola 3.645, algunos con las seis horas bien cumplidas. Rústicos como nunca, hubo quien corrió con zapatos, zapatillas y playeras, incluso alguno lo hizo con sandalias chinas de goma, de esas que se sujetan con un tope entre los dedos.

A partir de aquel año, en el que puede decirse que más del 95 por ciento de los participantes jamás habían corrido un maratón, los corredores fueron disminuyendo edición tras edición. El punto más bajo llegó en el año 1982, en el que sólo participaron 2.735 corredores.

A partir de entonces cambió la tendencia y el número de participantes no ha dejado de crecer. En 1995 se alcanzaron los 5.000 atletas populares y en 1996 se llegó a 6.000. Los 10.000 llegaron en 2001, mientras que el tope de 12.000 llegó al año siguiente. Y con esta cifra ya van cinco ediciones, en las que la organización, con buen criterio y para evitar desbordamientos, ha limitado a 13.000 la cantidad de corredores.

Han pasado 30 años y este domingo saldrán casi el doble que en aquel lejano 1978. Y si entonces se veían barbas y pelos hippiosos, pantaloncitos cortos bien ajustados y sufrimiento generoso, el domingo se verán zapatillas atómicas con avances de ciencia ficción, cronómetros, podómetros y medidores de todos los parámetros posibles, pero sobre todo, lo que se verá en una gran mayoría de los participantes es su extraordinaria preparación, de nivel profesional.

La gran novedad para la edición de este aniversario de relumbrón es el cambio del recorrido. Por enésima vez, los organizadores del MAPOMA han hecho encaje de bolillos en busca de ese milagro que haga desaparecer las cuestas de Madrid.

No lo han conseguido, esto es evidente. Pero más que por su falta de pericia, o por la temible orografía matritense, ha sido por culpa del Ayuntamiento. «Hemos tenido que adaptarnos a las imposiciones del Consistorio», señala Rumbau.

El Ayuntamiento de Madrid no está dispuesto a entregar, aunque sea por unas horas, la ciudad a los atletas populares. Para los ediles no se puede desterrar el tráfico del centro, aunque sea en un día festivo y la ocasión sea tan memorable como un maratón que se va a correr por las calles de una ciudad que pretende convertirse en olímpica.

El resultado puede verse en el gráfico que acompaña esta información. Quedan fuera del recorrido demasiados lugares emblemáticos, muchos parajes históricos, bastantes zonas llanas que aliviarían el sufrimiento de los maratonianos. En cambio, se les manda a un solitario destierro a través de barrios periféricos, desnudos de espectadores y con largas y empinadas avenidas.

De esta manera es difícil que el MAPOMA entre en el Olimpo de los maratones. Mientras no se diseñe un recorrido auténticamente atractivo y no se contrate a alguna primera figura de verdad, el maratón de Madrid seguirá inmerso en este poco deseable quiero y no puedo en el que vive.

Este año, por citar un ejemplo cercano, el Ayuntamiento de Barcelona ha firmado un convenio de intercambio con el de París. El resultado ya se ve: van a correr en la Ciudad Condal varios miles de parisinos y otros tantos barceloneses ya lo han hecho en París. Si todo sigue así, dentro de un par de años, el maratón catalán adelantará al madrileño.

Aunque les pesará en las piernas, a los madrileños estas cosas no parecen importarles demasiado. Quince días antes del límite señalado se cerró la inscripción. El domingo otra vez correrán por la capital unos 13.000 esforzados del asfalto. El domingo se corre el Maratón Popular de Madrid.


MARATON POPULAR DE MADRID

Con salida a las 9.00 horas del domingo 22 de abril, entre las plazas de Colón y Cibeles, y llegada al parque de El Retiro a las 14.00 horas, la carrera producirá severas alteraciones del tráfico en Madrid. Web: www.mapoma.es

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