Uno de los dos relatos difundidos cuenta la historia de tres estudiantes que consiguen entrar en un casino utilizando documentos de identidad falsos. Jane, John y Joe comienzan entonces a quejarse de cómo les trata Mr. Brownstone, un profesor que no les deja en paz.

Joe.- Ese viejo de mierda no nos va a dejar solos.

John.- Me gustaría matarle.

Jane.- Espero que ese viejo de mierda tenga un ataque al corazón y caiga muerto como le corresponde a un hombre de su edad.

John.- Es como un parásito, vive del sufrimiento que nos inflige.

Joe.- Si fuera una sanguijuela de verdad podríamos aplastarle con nuestras botas. Pero es un hombre hecho y derecho.

Jane.- ¿Qué más quiere de nosotros? [...] ¡Déjanos en paz, maldito sea! [...] Y eso de darme una D cuando sólo no entregué dos trabajos...

Joe.- Vino a mi casa y habló con mi madre solamente para reírse del hecho de que todavía no teníamos una línea de teléfono habilitada.

John.- A mí me detuvo después de una clase y me violó por haber contado un chiste inofensivo. [...] Su mierda es tan espesa y de forma tan rara que ni puede andar... Toda su mierda está amontonada en su intestino hasta alcanzar su pecho. Probablemente se rasga su esfínter para expulsar un solo gramo de mierda después de dos horas empujando, sudando, apretando los dientes, gritando por la frustración y conteniendo la respiración para un medio gramo de mohosa mierda verde.

Joe.- Por eso no puede quedarse sentado tranquilamente y dejarnos en paz...

Jane.- Estoy totalmente de acuerdo, debe de sentirse como una mujer dando a luz. Te violó por el culo... ¡Es un violador!

John.- Nos está violando a todos. ¿No es eso lo que hacen los profesores?

Jane.- Quiero verle sangrar como nos hizo sangrar él.

Más tarde, el propio Mr. Brownstone aparece en la escena, pero se queda escondido, susurrando amenazas contra los chicos que le están «humillando en público». Sin embargo, los tres empiezan a oler en el aire la «satánica presencia» del profesor, que les recuerda una canción de Guns N' Roses que habla de heroína. Para ellos, engancharse a esta droga «sería mucho mejor que ser follados por ese viejo hijo de puta».

El cuento acaba con los tres chicos ganando cinco millones de dólares en una tragaperras. Es entonces cuando Mr. Brownstone revela su presencia.

Mr. Brownstone.- Ese dinero es mío. Estos chicos de 17 años me empujaron cuando vieron que había ganado. ¡Ni tendrían que estar aquí esos delincuentes!

Funcionario del Casino.- Teneis que salir de aquí, chicos. ¡Y que no volváis!

John, Joe, Jane.- No te saldrás con la tuya, Brownstone! ¡Viejo hijo de puta, hijo de puta!