John.- ¡No eres mi padre y lo sabes, estúpido!

Richard.- A lo mejor no soy tu padre biológico, pero vivimos bajo el mismo techo, así que tenemos que llevarnos bien.

Mientras sigue el diálogo, el padrastro pone una mano sobre la pierna de John.

John.- ¡Qué coño estás haciendo? ¿Quién eres, un cura católico? No me dejaré molestar por un pedófilo gordo y calvo. ¡Quítame las manos de encima! ¡Para, Michael Jackson!

Richard.- ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Por qué estás tan enfadado conmigo?

John.- ¡Porque mataste a mi padre para entrar en los pantalones de mi madre!

Richard le insta entonces a que se calme y le explica que la muerte de su padre sólo se debió a un accidente y que él hizo lo posible para tratar de salvar su vida. Sin embargo, John se enfada cada vez más y llega a amenazar a su padrastro con «ponerle el mando a distancia en el culo».

John.- Tampoco te lo mereces, este mando a distancia vale cinco dólares.

Cuando Richard intenta darle un bofetón ante los insultos del joven, la madre, Sue, entra en acción. John le cuenta entonces que Richard estaba intentando abusar de él y la madre la emprende a palos con su pareja. El joven escucha la conversación desde su habitación, donde arroja dardos a la foto de Richard.

John.- Lo odio. Debo matar a Dick [Richard]. Dick debe morir. Matar a Dick... Richard McBeef. ¿Qué clase de nombre es ése? El nombre de un imbécil. Y mira su cara, la cara de un imbécil. No me gusta su cara en absoluto. ¿No crees que puedo matarte, Dick? ¿No crees que puedo matarte? Toma. Uno en un ojo. Otro en el otro ojo».

Al final del relato se asiste a una pelea entre John y su padrastro. El joven intenta matar a su padrastro empujando una barra de cereales en la garganta de su padrastro.

John.- ¡Que te jodas, papá!

Sin embargo, es el joven quien acaba muriendo a manos de Richard, quien levanta sus brazos y asesta un golpe mortal al chico de 13 años.