ILDEFONSO GONZALEZ. Especial para EL MUNDO
ESTAMBUL.-
Turquía sufrió ayer un nuevo episodio de violencia religiosa. Tres trabajadores de una editorial cristiana fueron asesinados en Malatya, un feudo del ultranacionalismo y lugar de nacimiento de Mehmet Alí Agca, el terrorista que intentó asesinar al papa Juan Pablo II en 1981.
Un grupo de islamistas radicales entró en el edificio hacia el mediodía y degolló a tres de los empleados de Zirve, una empresa que edita biblias y textos cristianos. Dos de los fallecidos eran turcos, mientras que el tercero era de nacionalidad alemana. Se llamaba Tilman Ekkehart Geske y tenía 46 años. «Estoy impresionado por el hecho de que haya un ciudadano alemán entre las víctimas. Aunque no se conozcan aún las circunstancias exactas del crimen, condeno firmemente este crimen brutal», aseguró el embajador de Alemania en Turquía, Eckart Cuntz.
El crimen no pilló por sorpresa a la propia editorial, que había sido objeto de múltiples amenazas por hacer proselitismo cristiano en un país cuyas leyes lo prohíben. Sin embargo, un pequeño grupo de misioneros se paseó horas después por la calle Istiklal, en el centro de Estambul, repartiendo biblias y rezando, en un claro rechazo al atentado ocurrido por la mañana. La policía no intervino, informó la agencia Cihan.
Entre 19 y 20 años
A quien sí detuvieron las autoridades fue a los cinco sospechosos de perpetrar el asalto. Tenían entre 19 y 20 años y vivían juntos en un apartamento de Malatya donde se preparaban para superar el examen de ingreso en la universidad. Cuatro de los presuntos autores están siendo interrogados, mientras que un quinto fue operado de urgencia tras arrojarse por una ventana cuando huía del lugar de los hechos. Todos ellos llevaban consigo una carta con sus respectivas copias que decía: «Todos somos hermanos. Nos enfrentamos a la muerte. No hay vuelta atrás. Reza por nosotros».
La línea de investigación conduce en estos momentos al Hezbolá turco, que no guarda ninguna relación directa con la milicia chií libanesa del mismo nombre, anotó la cadena de televisión CNN Turk. La manera en la que las víctimas fueron atadas, de pies y manos, sugiere la posibilidad de que un «grupo islamista local» ejecutase la brutal agresión, anotó la misma fuente.
Este Hezbolá, comprometido con la instauración de un Estado fundamentalista islámico en Turquía, habría participado junto a Al Qaeda en los atentados suicidas contra objetivos británicos e israelíes que causaron la muerte de más de 60 personas en Estambul en noviembre de 2003.
Según la prensa y analistas turcos, la organización armada apareció, creció y actuó sobre todo durante la década de 1990 al amparo del Ejército y del Gobierno turcos.
«Es un hecho tremendo en estos momentos», valoró el presidente de la Unión de Religiosos y Religiosas de Turquía, el franciscano mexicano Rubén Tierrablanca. La comunidad cristiana, que representa apenas un 1% de la población en Turquía, ha sufrido numerosos ataques durante los últimos meses. Entre ellos destacan los asesinatos a tiros del sacerdote italiano Andrea Santoro en 2006 y del periodista turco de origen armenio Hrant Dink, el pasado enero.
|