Esta navarra de 53 años, jubilada desde 1992 y que ha trabajado siempre como limpiadora, no se fue muy satisfecha con la respuesta de Rajoy. «No me ha contestado cuánto gana, pero seguro que mucho más que yo, que sólo tengo 300 euros al mes para vivir. Tres de mis hijos se han tenido que ir a vivir con sus novias y mi hija, que vive conmigo, está punto de marcharse también», se quejaba Violeta, que piensa ingenuamente que Rajoy debe cobrar «algo más de 1.000 euros».

Ella sabe muy bien lo difícil que resulta vivir con tan sólo 300 euros de pensión al mes. «A veces tengo que pedir comida en la parroquia porque no me alcanza el dinero, otras veces los bancos me adelantan algo y luego me lo descuentan. Y así voy tirando», comenta con una mirada triste que se esconde tras una tímida sonrisa.

Su hija hace encuestas y fue ella la que le preguntó si quería ir a Madrid. «Por qué no», se dijo. Para Violeta ha sido su primer viaje y la primera vez que ha estado en un hotel. «Estoy fenomenal, aunque me dolían un poco los huesos esta mañana por la cama. Debe ser que no estoy acostumbrada», afirma sonriendo.

Ayer no se habló del precio del café, pero sí de precariedad salarial. Rajoy no confesó su sueldo, pero aseguró que trabaja para que mejoren los de todos. Sin embargo, su respuesta tampoco convenció a Asunción Bastías, una auxiliar administrativa que le preguntó por la congelación del salario de los funcionarios.

El líder popular, que trató, en todo momento, de mostrarse cercano, se ganó el aplauso de los otros ciudadanos cuando le contestó a Asunción que una auxiliar administrativa seguro que ganaba más que las dos viudas que habían intervenido anteriormente. Una respuesta que le pareció, sin embargo, poco afortunada a Asunción, sobre todo, porque lo hizo, en su opinión, para ganarse el aplauso del público. «No me ha convencido. Por eso cuando ha terminado el programa, le he dado el teléfono de mi casa y se ha comprometido a llamarme. Le voy a dar un margen, pero si no lo hace, volveré a la tele a contarlo», comentaba combativa.

Y es que los ciudadanos elegidos, en esta ocasión, fueron con la lección aprendida -al igual que Rajoy- e hicieron preguntas directas y duras al líder de la oposición. Sin duda, una de las cuestiones más controvertidas fue la que formuló Jordi Moner sobre si acudiría a la boda de su hijo si éste fuera homosexual y decidiera casarse con su pareja. Este catalán reconoció que espera que Rajoy no gane nunca las elecciones, pero aseguró, al mismo tiempo, haberse quedado «muy contento» con la respuesta del líder popular: «Por primera vez», comentó, «no le he oído una oposición frontal contra los matrimonios homosexuales».

Al terminar el programa, Rajoy esbozaba una gran sonrisa. Según dijo, estaba más que «satisfecho» con su intervención y no es para menos: ¿quién consigue el teléfono de una mujer en tan poco tiempo?