FATIMA RUIZ
Dice que el cambio lo impulsan, primero, los políticos. Y después los individuos, socios en la batalla verde por la que Dominique Voynet se bate por segunda vez en unas presidenciales. Porque esta médico anestesista quiere despertar la conciencia ciudadana y comprometerla en un pacto ecológico. En él, 15 puntos que van desde la apuesta por el transporte público y el castigo a los coches más contaminantes, hasta el recorte en un 20% de las emisiones de gas.
No en vano, como primera ministra verde de un Gobierno francés, el de Lionel Jospin, fue una de las voces más sonoras durante las negociaciones del Protocolo de Kioto.
Senadora de Seine-Saint-Denis desde 2004, madre y abuela a sus 48 años, la candidata verde es una de las cuatro mujeres que compiten en estos comicios, todas en la margen izquierda del espectro político. Pero ante quienes claman por un pacto de Gobierno socialista-centrista-verde -y pese a que ha prometido su apoyo a Ségolène Royal en la segunda vuelta- esgrime obstáculos como el nuclear, en el que ambas desafinan: Voynet pretende la retirada total de aquí a 2030.
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