Viernes, 20 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6333.
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 MUNDO
LA MASACRE DE VIRGINIA / Un testamento multimedia
Una venganza de película
El asesino de la universidad de Virginia pudo inspirarse en el protagonista de un violento filme surcoreano
CARLOS FRESNEDA. Enviado especial

BLACKSBURG (EEUU).- El asesino de la Universidad de Virginia, Cho Seung-Hui, pudo inspirarse en una violenta película surcoreana, Old Boy, que narra la sed de venganza de un joven que fue secuestrado y confinado en una celda. Quince años secuestrado, sólo cinco días para vengarse es el eslogan de promoción del filme, dirigido por Park Chan-wook, que recibió el premio de la crítica en Cannes en 2004.

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Al menos dos de las fotos enviadas por el estudiante surcoreano a la cadena de televisión NBC, a modo de testamento sangriento, parecen fotogramas del filme. En una de ellas puede verse a Cho Seung-Hui armado con un martillo y en una pose agresiva. En otra, se apunta con una pistola a las sienes como amenazando con volarse la cabeza.

Según los investigadores, Cho vio repetidamente el DVD de la película en los días anteriores a la masacre en la que murieron 32 personas y que culminó con su suicidio. La trama del filme ha ofrecido otras claves y confirman la hipótesis de que Cho Seung-Hui estuvo tramando su propia venganza desde hacía meses.

El violento testimonio gráfico que el estudiante surcoreano envió a la NBC creó una profunda conmoción en el campus y provocó ayer una reacción a la defensiva de la policía local, que acusó a los medios de bombardear a la opinión pública «con unas pruebas que sólo tienen un valor marginal». «Agradecemos la colaboración a la NBC, pero estamos muy decepcionados por la decisión de emitir esas perturbadoras imágenes», declaró ayer el portavoz de la Policía Estatal de Virginia, Stephen Flaherty. «Todo lo que hemos visto en las últimas horas por televisión confirma lo que ya sabíamos», añadió el funcionario.

«Habéis tenido 100.000 millones de oportunidades y maneras de evitar lo de hoy», espeta a sus compañeros y profesores Cho Seung-Hui, con el rostro inyectado de ira, en una de las grabaciones. «Me habéis acorralado en una esquina y me habéis dejado una sola opción. La decisión fue vuestra. Ahora tenéis sangre en vuestras manos que nunca podréis lavar», insiste.

«Defensor de los débiles»

Algunas de las imágenes enviadas por el asesino a la NBC a las 09.01 horas del lunes fueron grabadas precisamente en las dos horas que discurrieron entre el primer y el segundo tiroteo, cuando la policía seguía una pista falsa y Cho pudo reponer municiones en su dormitorio del Harper Hall, pasarse por la oficina de correos del centro de Blacksburg y enfilar hacia el Norris Hall para consumar la masacre.

En el envío había también 29 fotos con el asesino empuñando las dos pistolas y encañonando a la cámara. En su despedida, Cho Seung-Hui hace referencias a Moisés y se compara con Jesucristo: «¿Sabéis lo que se siente cuando te humillan y te crucifican?». También rinde homenaje a «los mártires Eric [Harris] y Dylan [Klebold]», autores de la masacre del Instituto Columbine, y se autoproclama defensor «de los débiles y de los indefensos».

El manifiesto de 1.800 páginas y las grabaciones están plagadas de referencias a «los niñatos ricos». «¿Vuestros Mercedes no son suficientes, engreídos?», se pregunta el homicida. «¿Vuestras cadenas de oro no son suficientes? ¿Todo esto no es suficiente para satisfacer vuestras necesidades hedonistas? Lo tenéis todo...»

Según el portavoz policial, todo lo visto y oído hasta la saciedad desde que la NBC decidió difundir el testamento multimedia del asesino concuerda con la evidencia requisada en el dormitorio universitario de Cho Seung-Hui. «Sabemos lo que ocurrió, pero seguimos sin saber exactamente por qué», admitió Stephen Flaherty. A su flanco, el portavoz de los Servicios Postales, David McGinn, confirmó la presencia de Cho Seung-Hui en la oficina de correos de la Calle Principal de Blacksburg, convertida ayer en un plató televisivo: «El envío se produjo efectivamente a las 09.01 horas y la oficina estaba en ese momento muy ocupada», admitió. «Hubo un error en el código postal y en la dirección, y por eso el paquete no llegó hasta el miércoles», añadió McGinn. Cho evitó escribir su nombre como remitente y puso simplemente «Ismail Ax», la misma y enigmática inscripción que se grabó en el brazo antes de suicidarse.

La policía estatal confirmó que, mientras el asesino estaba en la mencionada oficina de correos, los agentes interrogaban al novio de la primera víctima, Emily Hilscher. Todo hacía sospechar entonces que el doble asesinato del West Ambler Johnston Hall era un incidente aislado o un crimen de celos.

Ayer seguía sin saberse cómo o por qué eligió Cho a sus dos primeras víctimas, aunque los investigadores barajan la hipótesis de que se tratara de un asesinato premeditado para despistar a la policía y poder actuar con mayor libertad en el Norris Hall.

«Es terrible pensar que el asesino estuvo en su dormitorio entre el primero y segundo tiroteo, grabando esos vídeos macabros, cuando nosotros estábamos tan tranquilos en nuestras habitaciones», declaró ayer Karan Grewal, ex compañero de habitación del estudiante de origen surcoreano en el Harper Hall. «Yo pensaba que era un tipo tímido y reservado», añadió Grewal. «Pero ahora parece que estuvo burlándose de nosotros, tratando de ocultar un acto que llevaba planeando durante más de un año».

Erin Sheehan, una de los estudiantes supervivientes de la clase de alemán en la que fallecieron una docena de personas, respondió con ira en declaraciones a la CNN: «Ver esas imágenes me ha hecho sentir enferma. Parece que quería instigarnos a todos el miedo. No pienso que fuera un hombre siquiera».

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