De hecho, la formación ilegalizada persiste, a día de hoy, en su intención de presentar dichas plataformas y está realizando verdaderos esfuerzos para ello: hay localidades en las que ha preparado listas blancas alternativas con el fin de burlar la Ley de Partidos. Sin embargo, el dato de que haya comunicado a lo más granado de su estructura directiva que asume ANV como una marca electoral propia revela su capacidad para utilizar este partido legal compuesto en estos momentos por un número exiguo de miembros.

Ésa es la información que las Fuerzas de Seguridad han transmitido al Gobierno tras seguir los cambios tácticos desarrollados por la izquierda abertzale en las últimas semanas.

La dirección de Batasuna ha realizado esta comunicación interna en los últimos días a pesar de que públicamente sus portavoces han venido desmintiendo que vayan a utilizar ANV para volver a las instituciones, y lo ha hecho de manera restringida. Sólo determinados niveles del partido ilegalizado han sido informados -el mensaje no ha llegado a las bases-, probablemente, señalan las fuentes consultadas, para preservar el factor sorpresa que ya fue empleado con el PCTV.

Son varias las razones por las que la izquierda abertzale ha dado cabida a esta posibilidad. En primer lugar, han ido adquiriendo cada vez mayor conciencia de las dificultades que, para burlar la Ley de Partidos, entraña el aval público que han venido otorgando a las plataformas electorales: ostentosamente han encabezado la recogida de firmas necesaria para que cada una de éstas quede formalizada, con el fin de demostrar -en especial para consumo interno- que, como aseguró Arnaldo Otegi en el acto del BEC, a diferencia de las pasadas elecciones autonómicas, no iban a utilizar subterfugios para conseguir sus fines.

Sin embargo, a medida que se acerca el tope del próximo lunes para la presentación de candidaturas, se han venido confirmando las dificultades para que las plataformas sean aceptadas y, con ello, ha ido aumentando la posibilidad de que la izquierda abertzale regrese, aunque sea parcialmente, al ostracismo en el que le sumió la aplicación estricta de la Ley de Partidos. De modo que la dirección del partido radical ha venido ideando varios métodos y cambiando de táctica.

Preparó, de manera indistinta, las plataformas -uno de los designados para organizar su composición durante meses fue Txema Matanzas, el que fuera abogado de miembros de ETA- y el partido ASB. Después, se centró en ASB y lo esgrimió como elemento del presión hacia el Gobierno. Deslizó el mensaje de que, o este partido era aceptado, o las consecuencias podrían ser de la máxima gravedad.

Sin embargo, y a pesar de que la recogida de firmas para las plataformas quedó paralizada durante unos días, su determinación duró pocas jornadas. Lo siguiente fue asumir la necesidad de sustituir ASB con las plataformas e incluso, para ello, ha creado en algunas localidades marcas municipales dobles: una como señuelo y la otra incontaminada con el fin de que se salte la barrera de la Sala del 61 del Supremo.

Según las fuentes consultadas, Batasuna habría aplicado este procedimiento en algunas de las localidades donde contaba con el doble de las firmas necesarias para el registro de una plataforma y en los lugares donde tiene la convicción de que puede ganar el Ayuntamiento o condicionar la gobernabilidad de las instituciones.

Una vez barajados todos estos intentos de orillar la Ley de Partidos, la dirección de Batasuna ha considerado ANV como opción. Probablemente, según las fuentes consultadas, para garantizarse el acceso, al menos, a las diputaciones o al Parlamento navarro. Y ha tenido en cuenta los pronunciamientos del Gobierno en los que éste ha venido reconociendo que, hasta el momento, este partido cumple las exigencias de la ley.

Efectivamente, los promotores de ANV, al inscribirlo como partido en 1979, se mostraron contrarios a la violencia. Sin embargo, en los últimos años esta formación ha ido asumiendo los postulados de Batasuna de manera incuestionada, la antigua dirección ha cambiado, y los nombres que fueron registrados como representantes de este partido para las próximas elecciones siguen el patrón de la formación ilegalizada.

La comunicación interna de la Mesa Nacional indica que Batasuna asume como marca electoral propia ANV, y si, como es previsible, se cumple el precedente del PCTV, éste será el nuevo tapado de los radicales. Pero la formación ilegalizada está atravesando una situación de inestabilidad que le está obligando a improvisar e impide que se descarte cualquier posibilidad. Por una parte, está intentando agotar todas las opciones sobre las plataformas, puede emplear ANV u optar in extremis por cualquier otra de las siglas durmientes registradas en el pasado. E incluso puede romper la baraja en los próximos dos días para explotar entre sus bases su tendencia al victimismo o justificar atentados futuros.

Algunas fuentes han detectado dos síntomas inquietantes en este sentido: que Batasuna ha retirado algunas de las plataformas que logró colar en el 2003 como legales, y que está encontrando muchas resistencias entre sus bases para configurar las nuevas listas. Cuando se les pide colaboración, un buen número de sus simpatizantes pregunta si su participación puede traerles consecuencias legales negativas.

Sin embargo, fuentes del Gobierno consultadas acerca de esta posibilidad no descartan nada por prudencia, pero sostienen: «Batasuna no va a renunciar, va a intentar todas las opciones para estar en las elecciones».