Así se desprende de los 14 folios que componen la Guía de Campaña para las próximas elecciones municipales y autonómicas, que ha elaborado la dirección del partido para distribuirla entre todos sus candidatos.

En dicho texto, hay varias referencias a la necesidad de que el PSOE se presente ante los ciudadanos como un partido moderado que, sin perder su identidad política, tiene un compromiso para todos y con todos.

Esto se debe a que, según dice el texto, «el PSOE, con una identidad moderada y progresista, mantiene un espacio electoral amplio y abierto. El PP, cada vez más escorado a la derecha extrema, se esfuerza por mantener emocionalmente movilizado a su electorado tradicional, pero se aleja de la moderación y se cierra, a sí mismo, la posibilidad de aumentar su espacio electoral».

Por ello, el PSOE da a entender a sus candidatos que deben aprovechar esa oportunidad en las próximas elecciones, «ampliar nuestro espacio electoral, pidiendo el voto a todos los ciudadanos», se afirma en el texto.

No obstante, éste podría ser el nuevo objetivo del PSOE de cara a la campaña, porque el principal sigue siendo movilizar a los suyos. Se dice en numerosas ocasiones en el texto: «Hay que conseguir que la mayoría que decidió votar cambio en 2004 vuelva a hacerlo, porque las razones siguen vigentes y son las mismas por las que ahora pedimos sus votos».

Movilización

En este sentido, se pide a los candidatos que presenten al PSOE como «un partido socialista y de izquierda, pero que precisamente por ello defendemos ante todo el interés público. Pediremos el voto desde nuestra propia identidad política, pero no para ella, sino para nuestro compromiso con ciudadanos, pueblos y comunidades».

De hecho, el PSOE confiesa en el texto que «es la movilización el elemento más importante de nuestra campaña, porque a mayor número de ciudadanos en las urnas, más probabilidades tenemos de alcanzar nuestros objetivos».

La guía, además, dibuja un panorama muy positivo para el PSOE -asegura que en todas las comunidades y ciudades analizadas existen posibilidades reales de que el PSOE obtenga más escaños y más votos, aunque no precisa los lugares- y, a la vez, describe a un PP con un perfil casi aterrador.

Dice, entre otras lindezas de los populares, que buscan «la confrontación institucional», que «tiene un discurso cada vez más próximo a la extrema derecha», que «tienen nostalgia centralista y por eso se oponen al desarrollo autonómico», que «usan al terrorismo como instrumento de agitación social y de lucha partidaria» y que «están bunkerizados de tal forma que no hay en España ninguna fuerza política, ni conservadora ni progresista, ni de ámbito nacional ni autonómico, que esté en condiciones de llegar a acuerdos con el PP».

Por si le faltara argumentario a los candidatos en este apartado, se añade que el líder del PP, Mariano Rajoy, «habita en la España del pasado y no crea confianza e ilusión, sino sólo confusión y rencor».

Y, pese a estas consideraciones, el PSOE no tiene reparo en avisar a sus candidatos de que será el PP quien provoque el enfrentamiento. «Sabemos lo que va a hacer el PP: lo mismo que viene haciendo desde que perdió el Gobierno de España. La estrategia de la crispación y la mentira va a crecer en intensidad de aquí al 27 de mayo. Frente a ella, los socialistas mantendremos la política de serenidad y de firmeza».

El resto del documento, lo que son enfoques de campaña, es presentar al PSOE como todo lo contrario de lo que es el Partido Popular. Así, se puede leer: «Los socialistas miran al futuro, no lo tememos. Tenemos un claro compromiso con el interés público, no con intereses privados. Estamos próximos a los problemas de los ciudadanos. Gobernamos con sensibilidad social», y un largo etcétera de buenas virtudes, para que sus candidatos las repitan por todos los rincones.

En cuanto a los temas a tratar y las propuestas, el PSOE incide en abordar los problemas que tienen que ver con la seguridad ciudadana y la inmigración. Pide centrar el discurso, para los jóvenes, en la vivienda y el empleo; y para los mayores, en las pensiones y en la Ley de Dependencia. Y, además, pide a sus candidatos que incidan mucho en los temas medioambientales, «ya que en los últimos meses se aprecia una creciente sensibilidad por estos asuntos, inducida probablemente por el debate sobre el cambio climático y sus consecuencias».