Los datos operativos obtenidos por la Guardia Civil durante las últimas actuaciones y los estudios de los analistas sobre el material intervenido a los etarras detenidos en Francia durante los últimos meses no dejan lugar a la duda. La dirección etarra ha logrado poner en marcha una nueva fábrica de explosivos en territorio francés. Y a su localización están dedicando ahora muchos de sus esfuerzos los agentes de la Guardia Civil destinados a luchar contra ETA en territorio francés.

Según consta en documentos internos del Instituto Armado, a los que ha tenido acceso este periódico, son varios los datos que avalan esta línea de trabajo policial. En concreto, constatan que en los manuales intervenidos a etarras en Francia sobre el manejo de explosivos se dan explicaciones sobre el TNT, la pentrita y la fabricación casera de detonadores. Para los expertos esto es un indicio ya que presumen que ETA da instrucciones sobre el manejo de un material que previamente ha confeccionado y ha entregado al comando, con el manual para su manipulación. También detallan que en uno de los zulos localizados en el País Vasco recientemente se encontró una gran cantidad de pentrita. Recuerdan que la Gendarmería ha encontrado en Francia pruebas de ensayos realizados por ETA con nuevas sustancias explosivos, nada habituales de ETA. Otro de los indicios es que los terroristas utilizaran también algún tipo de potenciador del explosivo en su atentado de la T-4 de Madrid.

Estos datos, además de investigaciones ya más operativas, han llevado a los responsables antiterroristas de la Guardia Civil a concluir que ETA «vuelve a tener una fábrica de explosivos» en el país vecino.

Otra de las conclusiones apuntadas en sus últimos informes por estos analistas policiales es que la organización terrorista, en sus puestos de máxima responsabilidad, ha colocado a algún miembro de los denominados «históricos» de ETA o, tal vez, a alguien recién salido de prisión con dilatada experiencia en el manejo de explosivos y en el adiestramiento sobre este material a los comandos operativos.

En sus informes, como una de sus conclusiones, apuntan que es muy probable que en los puestos de enseñanza de la organización y en los cargos de responsabilidad hacia los comandos operativos, como el recientemente desarticulado comando Donosti, ETA haya recuperado a expertos que durante años han destacado por gran eficacia a la hora de confeccionar explosivos. En los informes de los analistas no se concluyen en este punto nombre alguno.

Pero sí apuntan que los manuales intervenidos a los etarras durante los últimos meses demuestran que están recuperando técnicas empleadas por la organización terrorista durante los años 80 en la elaboración de bombas lapa o de coches bomba. Recuerdan estos analistas que durante aquella época, la eficacia de ETA con los explosivos era muy alta y temen, por este motivo, que los 'ingenieros' en explosivos recuperen esas técnicas y faciliten explicaciones solventes a sus nuevos activistas sobre explosivos que hagan una actuación operativa más temida para las próximas fechas. En los años 80, el uso del radio control era una constante de la organización terrorista, un uso que, por desgracia, tenía un alto nivel operativo; fallaba en pocas ocasiones. Solo al principio de los 90, la eficacia comenzó a decrecer entre otros motivos por la operatividad de los sistemas inhibidores.

También el hecho de que en los manuales se retome las instrucciones para colocar trampas a los desactivadores de explosivos es otro de los indicios claros para los expertos de que ETA ha recuperado a un histórico. Hacía mucho tiempo, según estas fuentes, que en los manuales intervenidos no figuraban este tipo de instrucciones.

En cuanto a la documentación intervenida por la Guardia Civil al comando Donosti, los agentes han detectado en el amplio listado de objetivos de los terroristas nombres de funcionarios de la Administración que viven y trabajan en Madrid. Según estas fuentes, en la lista con más de 300 nombres había varios de funcionarios de la Administración central, junto a recortes de prensa en los que se les citaba. Lo preocupante es que en algunos casos los terroristas habían logrado averiguar ya su domicilio.

Estos datos hacen temer a los expertos que el comando que Cheroki puso en marcha prácticamente desde el inicio del alto el fuego, no sólo tenía previsto actuar en el País Vasco, La Rioja o Navarra (donde ya tenía datos muy actuales y precisos de numerosos objetivos) sino que, probablemente, su marco de actuación no tendría fronteras y se convirtiera, con el tiempo, en un grupo itinerante o, quizá, en el nuevo comando Madrid.