Con la voluntad declarada de «no dejar de hacer nada que podamos hacer según las leyes en vigor», el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, anunció ayer la apertura de seis nuevas oficinas de representación exterior de Cataluña. Los «entes», que el Gobierno catalán pretende que se asemejen a las embajadas, se abrirán este año en París y Berlín y, más adelante, en Nueva York, Ciudad de México, Buenos Aires y Pekín.
Carod se encargó de dejar muy claro en varias ocasiones que su trabajo como responsable de la política exterior de la Generalitat no pretende, sin embargo, interferir con el del Gobierno de España, y prometió «colaboración y lealtad» con el Ministerio de Asuntos Exteriores.
La directriz, según dijo, es «no dar ningún paso contra el Estado español, porque comportaría tenerlo en contra».
Durante la presentación de las líneas maestras de la política exterior de la Generalitat en la legislatura, Carod afirmó que se aprovechará la estructura ya existente en varios países. En París, por ejemplo, se aumentará el rango institucional de la Maison de la Catalogne para convertirla en «una delegación catalana» ante Francia y ante la Unesco, «el único organismo institucional al que cita expresamente el nuevo Estatuto».
En Alemania, de donde llega a Cataluña una gran parte de su turismo, se ampliarán las competencias del Copca y el Icic -las relaciones institucionales y las industrias culturales, respectivamente- para hacer lo mismo en Berlín.
También existe presencia institucional de la Generalitat en el resto de ciudades donde ahora se pretende que haya delegaciones.
Nueva York, Buenos Aires, México D. F y Pekín cuentan ya con algún tipo de «representación sectorial», que el nuevo plan catalán busca concentrar y optimizar. «Queremos calidad y no cantidad, aprovecharemos los recursos materiales y personales que ya tenemos», resumió el vicepresidente de la Generalitat.
Prioridades
Carod también estableció unas prioridades para la política exterior catalana, que pasan, en primer lugar, por los países vecinos, entre los que citó a Andorra, Francia y los del Magreb; después, por los «partenaires económicos», como Alemania, Inglaterra o Estados Unidos; y, por último, América Latina y los países que tienen una economía en emergencia como la India o China.
El vicepresidente de la Generalitat subrayó los «nuevos instrumentos» que ofrece el Estatuto que se aprobó en referéndum el año pasado para los «intereses exteriores» de Cataluña.
El artículo 20 del texto prevé oficinas y delegaciones en el extranjero, y Carod-Rovira anunció ayer su intención de firmar acuerdos de «colaboración bilateral» con países como Andorra, Chile y Argentina.
Montserrat Nebrera, del PP, criticó a Carod por «distinguir entre Cataluña y España», y José Domingo, diputado de Ciutadans, le instó a enfocar sus acciones a «colaborar con la política exterior española».