Las direcciones nacional y autonómica del partido se posicionaron junto a Xico Tarrés, el alcalde de la ciudad y secretario general de la formación insular cuando, según se desprende de las grabaciones, se negoció el soborno entre Brues y el PSOE ibicenco.

La explicación oficial a la dimisión del secretario general de la Federación Socialista Pitiusa pasaba por discrepancias graves en la configuración de las listas electorales. Pero, a tenor de lo afirmado por éste y otros dirigentes socialistas en las cintas grabadas, nadie puede dudar ya de que Eivissa Centre es la única explicación posible a lo sucedido.

López llegó a la Secretaría General de la Federación Socialista Pitiusa en julio de 2004, un mes después de que el Ayuntamiento de Ibiza adjudicara a Pinal el proyecto Eivissa Centre. Cuarenta y tres votos fueron los que auparon al andaluz a la dirección del partido. Su principal adversario fue Pedro Campillo, el candidato amparado por quien, hasta entonces, había dirigido la formación, Xico Tarrés. Sólo obtuvo 17 votos.

A pesar de que el resultado para López fue espectacular, éste ofreció públicamente a Tarrés mantenerse al frente de la Federación Socialista en calidad de secretario general. Consideraba que sería mejor tener de su parte al que seguía siendo considerado como el mejor candidato del PSOE. «Sé que ha apoyado públicamente a otro candidato», dijo López, «pero sigo con la mano abierta. Hasta el último momento le pedí que fuera el secretario general de la nueva Ejecutiva y la oferta sigue en pie». Tarrés no aceptó.

Ya entonces se adivinaba que la travesía de López al frente del partido no sería fácil. Siete meses después de acceder a la Secretaría General del PSIB-PSOE, López se enfrenta a una primera crisis grave.

El viaje de José Blanco

Tarrés y Campillo se reúnen en Madrid con el secretario de Organización de los socialistas, José Blanco, en un intento de desequilibrar a la casi recién estrenada Ejecutiva insular. Blanco viaja a Ibiza y, tras reunirse con López, le muestra públicamente su respaldo en el transcurso de una cena mitin celebrada en un hotel de la ciudad.

Nada hacía presagiar entonces que, en otro encuentro celebrado a espaldas de Roque López entre Blanco, Tarrés, Campillo y Emilio Pérez Echagüe (gerente de la empresa municipal Imvisa), el responsable de Organización del PSOE autorizaría, según relata López en las grabaciones que obran en poder de EL MUNDO, el cobro de la comisión ilegal.

La división entre los partidarios de López y los de Tarrés se va acrecentando a medida que pasan los meses. En la primavera de 2006, EL MUNDO denuncia que uno de los principales proyectos de Eivissa Centre se está ejecutando sin licencias municipales, a pesar de que el alcalde es, a la vez, el presidente del consejo de administración de la empresa mixta Itusa, creada entre el Ayuntamiento y Brues para llevar a cabo esta reforma urbanística. Tarrés admite dos días después en su periódico de cabecera, Diario de Ibiza, que el edificio carece de permisos municipales, pero tarda aún varias semanas en ordenar la paralización de las obras.

Mientras el escándalo de Eivissa Centre va agravándose, los partidarios del alcalde comienzan a trabajar para que parezca que es el rechazo de López a la reedición de una nueva coalición con los partidos minoritarios y los radicales antiautopistas lo que justifica la crisis socialista.

El alcalde, por su parte, intenta por todos los medios que Eivissa Centre se convierta en legal.

Mientras el Consell Insular bloquea su aprobación por la falta de transparencia en lo que a los beneficios económicos del proyecto se refiere, Tarrés da luz verde a un decreto de aprobación que en diciembre sería suspendido por los tribunales. Según las conversaciones grabadas en el caso Ibiza, la aprobación del proyecto era imprescindible para que Pinal hiciera llegar al PSOE los primeros 600.000 euros de la mordida.