Diecinueve folios de un informe elaborado por la Guardia Civil, cuyo destino era la instrucción de la causa penal dirigida por el juez Garzón contra Acción Nacionalista Vasca (ANV), no llegaron a su destino. Se trata de varios apartados en los que los expertos aportan documentos en los que afirman que ETA está en el origen y desarrollo de Herri Batasuna y que, de manera más global, ha creado lo que denominan la «izquierda abertzale oficial»; resaltan que es la banda la que decide qué organizaciones son lo suficientemente sumisas para participar en ella y argumentan que ANV, como miembro aceptado, «está sometida a ETA».
El magistrado titular del número 5 de la Audiencia Nacional solicitó inicialmente un informe a la Policía Nacional y otro a la Guardia Civil sobre los posibles vínculos de ANV con Batasuna con la intención de pronunciarse sobre una eventual suspensión de esta formación legal. Una vez recibidos, consideró que incurrían en contradicciones y pidió a ambos cuerpos de las Fuerzas de Seguridad que consensuasen la respuesta a varias preguntas sobre el caso.
Los folios aludidos corresponden al informe inicial elaborado por los agentes expertos de la Guardia Civil y, curiosamente, constituyen la parte que rebate la peculiar tesis de Garzón según la cual, Batasuna es ETA, pero la izquierda abertzale no lo es, ni cumple las directrices de la banda, aunque sus dirigentes sean los mismos que los de la formación ilegalizada.
En los últimos meses han sido frecuentes las quejas soto voce efectuadas por los miembros de los cuerpos policiales. Aseguran que los informes elaborados a petición de los órganos judiciales son retenidos y recortados, y responsabilizan a las autoridades políticas de realizar esos filtros. Los responsables de Interior niegan que, en este caso, ellos sean los autores de la criba y reflexionan sobre el hecho de que, en ocasiones, los informes no aportan las pruebas suficientes y llegan a conclusiones inferidas por la experiencia, pero no por datos constatados.
Aralar, excluido
La parte del documento que no llegó al magistrado distingue entre la izquierda abertzale «oficial», -que enmarca a las organizaciones dependientes de ETA-, y la otra izquierda abertzale, que incluye a formaciones como Aralar que estuvieron inmersas en ese ámbito pero que luego han adoptado, a diferencia de ANV, actitudes repudiadas por la banda.
Según el informe, en principio ETA utilizó la denominación de Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV) para referirse a «una serie de organizaciones con unos objetivos concretos». Los agentes aportan el Zutabe 46, boletín interno de la banda, en el que HB aparece como «referente político» de ese MLNV. En el Zutabe 70, fechado en 1994, ETA prescinde de ese término y lo sustituye por el de izquierda abertzale «para referirse al mismo instrumento que opera en los campos político, institucional y electoral».
Después aportan el Zutabe100, en el que la banda reflexiona sobre las «transformaciones sufridas» y expulsa, tras la tregua, a las formaciones que se oponían a la vuelta a los atentados como Aralar, Abertzaleen Batasuna, Zutik y Batzarre. Los excluye de este modo de la «izquierda abertzale oficial».
Según argumentan los expertos policiales en estos folios, «antes de que Herri Batasuna fuera creada como tal, ETA ya había pergeñado a qué tareas tendría que aplicarse», tal como quedó reflejado en la ponencia Otsagabía, de 1976. «HB -se asegura- es el instrumento más adecuado para la participación de la izquierda abertzale en la dinámica electoral y el instrumento de masas para la revolución vasca».
ANV empieza a formar parte de esta coalición diseñada por ETA a finales de los años 70, junto con HASI, LAIA y ESB. Desde entonces se han producido modificaciones en las relaciones de este partido con Batasuna, pero la tesis de los investigadores es una: ETA siempre ha prescindido de aquéllos que han discrepado de sus criterios. Es el caso reciente de Aralar, pero también lo es de HASI, que fue disuelto por ETA de manera fulminante en cuanto sus integrantes quisieron constituirse en la «vanguardia» de la izquierda abertzale.
ANV, por tanto, es el único partido que ha logrado resistir entre los fundacionales y está en la izquierda abertzale oficial», porque así lo quiere ETA, porque «está admitida por la propia organización».
Los agentes explican que dentro de la izquierda abertzale «oficial» se puede distinguir dos tipos de organizaciones: «Las dinamizadas directamente por la banda mediante diversos mecanismos como la inclusión en los puestos de dirección de personas directamente nombradas por ella»; y «las que, aunque no estén dinamizadas, se mantienen públicamente dentro de la izquierda abertzale oficial, lo que implica que aceptan las normas de ETA e incluso las posibles variaciones que éstas pudieran sufrir en función del análisis coyuntural estratégico de la banda».
Las organizaciones de este segundo grupo «no tienen margen de maniobra porque si tomaran la iniciativa, ETA las expulsaría automáticamente de la izquierda abertzale oficial».
«En consecuencia, puede afirmarse que todas aquellas organizaciones incluidas en la izquierda abertzale oficial, y ANV lo está a la vista de lo expuesto, están sometidas a la banda terrorista ETA», concluyen.