Jueves, 3 de mayo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6346.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
El delito de los que nos engañan no está en el engaño, sino en que ya no dejan soñar que no nos engañarán nunca (V. Ruiz Iriarte )
Haz Click Aquí
 MUNDO
LA CARRERA AL ELISEO / El líder conservador cita a su favor a Zapatero para cuestionar el programa laboral de los socialistas franceses / Ségolène se muestra imprecisa y titubeante respecto a las reformas económicas
Royal saca las uñas en el debate con Sarkozy

PARIS.- Nicolas Sarkozy se marchó al vestuario sin heridas de importancia. Tenía el tabique en su sitio, los pómulos intactos, el hígado indemne. Ségolène Royal se había propuesto castigarlo con golpes dialécticos, interrupciones y estratagemas de salón, pero la mayoría de los puñetazos se perdieron en el aire. Especialmente en el último asalto, cuando la aspirante socialista, descarada, valiente y agresiva, pretendió forzar un KO inverosímil a cuenta de la «inmoralidad» del adversario.

Publicidad
Tras casi dos horas de pelea, Royal necesitaba un golpe definitivo. No era suficiente haber puesto en evidencia algunas dudas del púgil conservador en materia nuclear ni funcionaba relacionarlo con los errores del Gobierno saliente.

Llegó el cuerpo a cuerpo a cuenta de las discrepancias en el modo de escolarizar a los niños disminuidos. Sarko se dijo partidario de integrarlos en las escuelas normales. Ségo, temiendo que iban a restringirse las ayudas estatales a los necesitados, consideró que semejante idea era el «sumum de la inmoralidad política».

-Cálmese, madame Royal.

-No quiero calmarme.

-Para ser presidenta hay que ser calmada.

-No cuando hay una injusticia. No acepto la inmoralidad en los discursos políticos.

-Y yo no acepto que se ponga en duda mi moralidad. Está usted perdiendo su sangre fría.

-No, simplemente estoy encolerizada.

Nunca se había vestido de negro Ségolène Royal. Anoche lo hizo para intimidar a su colega y delinear la estrategia del acoso verbal. Parecía un púgil dispuesto a terminar el combate por la vía rápida. Un error estratégico, considerando que el debate iba a prolongarse 144 minutos. O un acierto, teniendo en cuenta que la candidata socialista demostró su altura política y su personalidad delante de uno orador poderoso y versátil.

Estaba nerviosa, agresiva, imprecisa. Interrumpía obstinadamente al rival para romper la línea argumental. Y enseñó de inmediato su juego y su hígado: Sarkozy no puede hablar de reforma, de cambio ni de ruptura cuando ha participado decisivamente cinco años en el Gobierno saliente.

La estrategia había trascendido hasta en los periódicos de ayer, por lo que Sarkozy, sereno y templado, se atribuyó los méritos de su gestión en Interior -«la violencia ha disminuido un 10%»- y remontó la crisis francesa a los últimos 25 años de historia. Un modo de abarcar el mitterrandismo y de colocarse al margen de cualquier responsabilidad.

Ante 20 millones de televidentes, se jugaban los últimos escalones del Elíseo, aunque Royal, necesitada de un empujón en los sondeos, no podía imaginar que Sarkozy citara en su beneficio a Zapatero para cuestionar la reforma socialista de las 35 horas.

«Él me ha dicho que nunca se haría en España. Y tiene razón. El retraso de Francia no proviene de que seamos peores, sino de que trabajamos menos. Por eso hay que colocar el trabajo en el primer plano de la vida económica. No existe un solo país, socialista o no, que haya seguido la lógica de repartir el tiempo de trabajo. Es un monumental error».

Fue la percha de la que se valió Sarkozy para introducir las líneas maestras de su programa: mérito, elogio del madrugón, aligeramiento de la maquinaria estatal, guiños liberales, pleno empleo, seguridad.

El discurso sarkozyano cobraba forma con las manos. Enfatizaba las palabras sin llegar a alterarse. Utilizaba educadamente el vocativo de «madame Royal» para romper con la imagen de brutal y peligroso.

Son los adjetivos que Ségolène ha repetido en sus mítines. Anoche se abstuvo de invocarlos. Prefirió garantizarse el voto de los funcionarios -Sarkozy quiere recortar la plantilla estatal- y enfatizó la conciencia social de su programa: leyes contra la violencia de género, solidaridad con los sueldos bajos, subida de pensiones, viviendas de protección social.

Lejos de mezclarse en el cuerpo a cuerpo, Sarkozy mantenía la distancia. Le valía un combate nulo, un empate. Y le beneficiaba mostrarse sensible con el electorado centrista.

No quiso presentarse con su uniforme de policía. Ségolène, en cambio, se metió en el fondo del armario familiar para rescatar un sayo monjil y una camisa blanca. Sólo le faltaba el remate del alzacuellos.

Detalles formales que pesaron menos que los esenciales: Royal se mostró imprecisa en lo económico y no supo responder a Sarkozy cuando le preguntó de qué modo iba a financiar la reforma de las pensiones.

El plató futurista del combate televisivo recordaba la escenografía de Teléfono rojo, volamos hacia Moscú. Una película delirante de Kubrick que parodiaba la clase política años antes de la carrera Sarkozy-Royal. Ambos destacaron anoche por su telegenia y su vis comunicativa y parecían estar cruzando los golpes en la intimidad. Quizá porque las 17 cámaras que les escrutaban habían sido escondidas a sus ojos.

Los 20 millones de espectadores eran tantos como los que vieron la final del Mundial de fútbol entre Francia e Italia. Y es que los aspirantes al Elíseo aparecieron a la vez en las dos principales cadenas televisivas francesas. La privada (TF1) y la pública (France 2) pusieron en juego a sus respectivos símbolos, Patrick Poivre D'Arvor y Arlette Chabot, para moderar el combate y ceñirlo a los temas acordados: economía, sociedad, familia, ecología, Europa, actualidad internacional. Un abanico que Royal intentó agitar para acercarse a su contrincante. Los sondeos dicen que la aspirante socialista perderá con Sarkozy en los comicios del próximo domingo 6 de mayo. El más propicio (del instituto LH2) la coloca a cuatro puntos de su rival. Y el más adverso (IFOP) señala que el líder del partido gubernamental (UMP) conquistará el Elíseo con un 53% de votos.


LAS CLAVES DE UNA BATALLA DIALÉCTICA

SÉGOLENE ROYAL

«En 2002, usted habló de tolerancia cero. Hoy los franceses están muy preocupados por el aumento de la violencia. Las agresiones en las escuelas han aumentado un 26%».

«Propongo crear 500.000 puestos de trabajo que sirvan de trampolín para que los jóvenes no permanezcan más de seis meses en el paro».

«La respuesta a las 35 horas es que haya negociaciones entre las partes sector por sector. Puede que pacten o puede que no se generalicen las 35 horas en determinadas empresas».

«Quiero desburocratizar el Estado y voy a transferir recursos. Quiero reactivar el crecimiento e invertir masivamente en la innovación y la investigación».

NICOLAS SARKOZY

«El problema de Francia es que crece un 1% menos que las mayores democracias y economías del mundo. ¿Por qué? Por una razón, porque trabajamos menos que los demás».

«No podemos hacer política como antes. Quiero resultados. Me gustaría ser un presidente de la República que asuma sus responsabilidades».

«Las 35 horas no han creado trabajo y son responsables de algo más serio, la reducción de salarios. Eso daña el poder adquisitivo de los franceses, y menos poder adquisitivo significa menos crecimiento».

«Nuestra responsabilidad es devolver la dignidad a la vida política francesa».

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad