PSOE
Vitoria / Santander
LUGAR
Vitoria: antigua fábrica de Azucarera.
Santander: Palacio de Festivales.
ASISTENTES
Vitoria: 500 cargos del PSE.
Santander: 2.500 personas.
ORADORES
Vitoria: Txarli Prieto, Patxi López y J. L. Rodríguez Zapatero.
Santander: Jesús Cabezón, Lola Gorostiaga y J. L. Rodríguez Zapatero.
TERMOMETRO
La 'bienvenida' de Batasuna: el anunciado recibimiento que la izquierda 'abertzale' iba a hacer a Zapatero quedó reducido a 20 jóvenes que lanzaron gritos contra el presidente.
VITORIA/SANTANDER.- José Luis Rodríguez Zapatero fue a Vitoria vestido de presidente del Gobierno. No era un mitin. No se trataba ni de movilizar ni de pedir el voto. Se trataba de hablar sobre política antiterrorista. Y según su opinión, con ANV «se ha aplicado la Ley de Partidos en sus justos términos, no menos de lo que exige, ni más de lo que establece».
Zapatero fue a la capital vasca con un discurso escrito y medido y lanzó mensajes directos al PP, a Batasuna, a ETA, a las víctimas, al PSE y a la sociedad vasca, aunque sobre todo quisiera explicar la actuación del Gobierno en la ilegalización parcial de ANV.
El presidente calificó de «paradójico», e incluso de «irritante», ver a unos protestar porque no van en las listas y ver a la oposición democrática decir que se ha abierto la puerta a los violentos.
Zapatero, paso a paso, justificó cada crítica, cada insulto, cada reproche que ha recibido en este tema, y dio sus explicaciones. No fueron novedosas pero, como dijo él mismo, «sí coherentes».
Primero, explicó por qué no trata este asunto en campaña: «Me dicen que hablo poco de política antiterrorista. Siempre he hablado lo justo. Cuando era líder de la oposición, también hablaba poco, pero lo poco que hablaba era siempre para apoyar al Gobierno de España. Y lamento profundamente que quienes ahora están en la oposición hablen mucho y no apoyen nada».
Segundo mensaje, a Batasuna: «Aquéllos que durante estos días protestan, atacan nuestras sedes y ejercen actos de coacción, les reitero que nada es posible en democracia con violencia». Tercer mensaje, al PP: «Exijo a la oposición democrática que vuelva a la unidad y que apoye al Gobierno en la lucha contra el terrorismo».
Cuarto mensaje, a un futuro que no pintó muy optimista: «La política antiterrorista es difícil y será difícil». Quinto mensaje, a las víctimas: «Recordamos a todas las víctimas, están en nuestra memoria, pero nunca las utilizaremos».
Y por último reiteró los cuatro puntos que, en pleno proceso de paz, ya anunció en el País Vasco: «Todo bajo el imperio de la ley, diálogo cuando se abandone la violencia, un gran acuerdo de convivencia en Euskadi y mi deber como presidente: que llegue la paz».
Y se acabó. Zapatero no hablará más de terrorismo -salvo que las circunstancias le obligasen- en toda la campaña. Vestido de traje, con tono sobrio y con rictus serio dijo todo lo que tenía que decir.
En Santander, Zapatero volvió a su campaña. La mentira del Partido Popular, la apuesta por una vivienda accesible, los jóvenes y una llamada permanente a la participación. Y, para que no faltara de nada, hubo una nueva protesta pacífica sobre el Sáhara, la tercera en tres semanas. De aquí al 27... se buscan titulares.