Es habitual que en las campañas electorales los líderes políticos crucen descalificaciones. Lo que no había ocurrido nunca es que antes de unas elecciones el principal partido de la oposición acuse al presidente del Gobierno en el Congreso de «fortalecer a ETA» y de querer brindar con champán y langostinos con un etarra por un asesinato.

Los populares lanzaron en la sesión de ayer en la Cámara una ofensiva política sobre el que está siendo su principal argumento de campaña: la lucha contra el terrorismo y, más concretamente, la situación del etarra José Ignacio de Juana Chaos y las candidaturas de ANV.

Lo ejecutaron sin límites y el resultado fue otra tensa sesión, en la que Rajoy se reservó la pregunta sobre ANV y aseguró que el Gobierno permite que «el mundo de ETA vuelva a los ayuntamientos».

El presidente del Gobierno no le respondió por qué no ha impugnado la mitad de las candidaturas de ANV, pero llamó «irresponsable» al líder de la oposición y calificó de «capricho político del Partido Popular» su oposición a todas las candidaturas de esta formación.

Zapatero explicó que se han impugnado 386 listas al amparo de la Ley de Partidos Políticos, para que sólo esté en las elecciones quien cumpla la ley, pero sin someterse «al interés particular o al interés del capricho político» de la opinión del PP.

El presidente añadió que es una actuación del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional, por lo que pidió a Rajoy que «no tenga la osadía», por «su interés político», de «intentar ponerse por encima o al margen de lo que ha dicho el Constitucional, que es el tribunal autorizado» para sentenciar este asunto.

«Es la primera vez que un líder democrático de la oposición dice en el Parlamento que un Gobierno toma una decisión para reforzar a ETA», dijo Zapatero, antes de decirle a Rajoy, visiblemente molesto: «No es la primera vez que usted bate los récords de hacer algo que nadie había hecho: hacer sólo oposición con la lucha contra el terrorismo, cosa que nadie hizo en democracia y menos a quien usted exige responsabilidades. Eso es ser leal y lo que usted hace es ser irresponsable».

Rajoy, en su pregunta, dio por hecho que ETA/Batasuna estará en los ayuntamientos después del 27-M y que eso obedece a una estrategia del actual presidente del Gobierno para dejar «vía libre a Batasuna en muchos municipios». Le pidió «gallardía y valentía» para explicárselo a los españoles. Añadió que el Ejecutivo no ha aplicado la Ley de Partidos Políticos al impugnar «a su conveniencia algunas candidaturas».

«No ha querido impugnar un sinfín de candidaturas y por eso el mundo de ETA vuelve a los ayuntamientos. ¿Por qué lo ha hecho?», resumió.

No obtuvo explicación de Zapatero, quien hoy vuelve a la campaña electoral y, como su tesis es que son elecciones autonómicas y municipales, no volverá a abordar públicamente este asunto hasta después del 27-M. Mientras, Rajoy seguirá paseando por España la discrepancia sobre el terrorismo. Josep Antoni Duran Lleida intentó infructuosamente aflojar la tensión en la siguiente pregunta, pidiendo que termine la discrepancia pública.

De hecho, la temperatura del enfrentamiento se mantuvo cuando el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, subió a la tribuna para responder a una interpelación sobre ANV, aunque esta parte del debate tuvo muchos más argumentos jurídicos. «Ustedes no son leales, dan oxígeno a ETA con este ataque frontal al Gobierno», dijo el ministro, antes de explicar que la restricción del derecho de sufragio debe aplicarse de forma cuidadosa y limitada y exige pruebas contundentes, como ha dicho siempre el Constitucional.

El popular Ignacio Astarloa le achacó «haber hundido la lucha antiterrorista».