Zaragoza

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Plaza de Toros de Zaragoza

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ORADORES

Juan Alberto Belloch, candidato a la Alcaldía de Zaragoza. Marcelino Iglesias, candidato al Gobierno de Aragón. José Luis Rodríguez Zapatero.

TERMOMETRO

Sebastián y Zapatero: La comidilla de toda la campaña ha consistido en saber si el candidato del PSOE a la Alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián, iba a estar o no en el mitin del cierre de campaña con Zapatero, en Fuenlabrada. Finalmente, Sebastián irá a Vicálvaro con María Teresa Fernández de la Vega y después intervendrá junto al presidente del Gobierno.

ZARAGOZA.- El nombre, la imagen y el recuerdo de José María Aznar siguen siendo un resorte imparable de movilización entre la militancia socialista. Y quien mejor lo sabe es José Luis Rodríguez Zapatero. Por ello, a 48 horas del cierre de la campaña electoral, no dudó en usar la figura del ex presidente y sus excesos verbales y argumentales para poner a su partido en fila de a uno de cara a las urnas.

Lo hizo en Zaragoza, en el mayor mítin del PSOE en la campaña electoral. Y no lo hizo solo, porque el alcalde de la ciudad y candidato a la reelección, Juan Alberto Belloch, recordó su condición de ex ministro de Interior y Justicia para arremeter también contra el ex presidente. Hasta el bueno de Marcelino Iglesias se vio obligado a entrar en la cuestión, de manera mucho más discreta.

Pero Zapatero, acusado durante toda la campaña de evadir los temas de actualidad y las polémicas político-mediáticas, entró ayer de lleno en las dos últimas declaraciones de Aznar: las referidas a ETA y al supuesto ambiente guerracivilista que se vive en España.

Zapatero contestó a los dos asuntos en una misma frase, aunque hubo muchas más referencias en el mitin, donde mencionó tres veces al ex presidente. «El señor Aznar, con el aval de Rajoy, dice que no votar al PP es consolidar a ETA, y también ha dicho que una parte de España no acepta a la otra. Sé que hay muchos españoles que se pueden sentir ofendidos con lo que ha dicho Aznar, y quiero dar una respuesta de la seriedad: señor Aznar, la inmensa mayoría de los españoles vivimos muy a gusto conviviendo juntos, y juntos hemos luchado y lucharemos para conseguir el fin de la violencia», dijo.

El líder socialista insistió en que «los insultos y las insidias merecen una respuesta de la democracia, que es ir a votar masivamente por la convivencia y contra la crispación». Por eso, pidió la movilización frente a las descalificaciones, «porque si para el PP vale todo, para esta España no vale todo, y lo vais a ver el domingo».

Ya sin nombrar al ex presidente, y también sin citar a Rajoy, Zapatero abundó una y otra vez en este discurso que, en resumen, viene a decir que ganen los buenos, que, lógicamente, son los suyos.

«Al votar hay que preguntarse: ¿qué país somos?, ¿qué país queremos? El futuro se va a escribir con aquellos que más desean la convivencia y la tolerancia, y no la crispación, la descalificación y la falta de respeto al adversario», afirmó.

Y, luego, transmitiendo un optimismo y una confianza que hacen honor a su fama, Zapatero se recreó en los datos económicos, jugando con las cifras y exhibiendo un crecimiento del 4,1% en el primer trimestre.

Pero, lo que se vio en el mitin, como dijo Belloch, es que ya se ha explicado la gestión hecha y se han realizado nuevas propuestas. Ahora toca, como pidió el ex biministro, hacer un cuerpo a cuerpo con el PP en la polémica de ETA.

El alcalde le dijo a Zapatero: «Aznar no se recató nunca, que no se iba a parar ante nada para llegar al poder, que valía todo; del Rey para abajo, ninguno. Y, entonces, sus cómplices se llamaban Rajoy, Acebes y Zaplana. Y hoy son sus herederos, e intentan hacer lo mismo. Quieren hacer contigo, José Luis, lo mismo que le hicieron a Felipe González».

Iglesias, muy sobrado y muy seguro, también entró en la polémica: «¿Hay insulto mayor que nos hagan cómplices de los terroristas? Que nos digan que los votos a candidatos del PSOE son para ETA. No han digerido nada. No vamos a caer en la provocación. Hemos creado un clima de convivencia y no lo van a romper los crispadores del PP». Zapatero contestó a sus dos compañeros de mitin, en su forma más típica: «A la democracia también se sirve aguantando los insultos y descalificaciones».

El PSOE está encantado de que Aznar haya entrado en campaña. Si algo podía movilizar a su electorado, más que los desesperados llamamientos de Zapatero y de sus teloneros en cada acto (cada vez se oye más la palabra ayudadnos), era que la bestia negra de los socialistas tuviera tanto protagonismo. «Nos ha venido como caído del cielo», dijo a este diario un dirigente socialista.