El etarra José Ignacio de Juana Chaos -ingresado en el hospital Donostia de San Sebastián para recuperarse de la huelga de hambre que mantuvo durante meses- advirtió a la izquierda abertzale hace escasos días de que la semana próxima se irá a su casa por decisión unilateral.
Así se lo comunicó, entre otros, a su abogado, Alvaro Reizábal, antes de solicitar al facultativo que le atiende que le dé el alta basándose en que los informes médicos sobre su estado de salud, en ese momento, llevaban días indicando que ya estaba recuperado.
De Juana Chaos fue tajante al hablar con el letrado que lleva su defensa. Según la información a la que ha tenido acceso este periódico, sin consultar sobre consideraciones legales o conveniencias políticas, le hizo saber su decisión para que la comunicase a quien corresponda, sabedor de que puede generar todo tipo de controversias. No en vano, su caso fue motivo de negociación en su día con el Gobierno, que, a su vez, le hizo llegar a la izquierda abertzale que la solución que dio a su huelga de hambre debía ser entendida como un gesto.
Acostumbrado a desafiar tanto al Gobierno como a los suyos, y a obtener resultados de sus desafíos, llegó a decir que, antes de seguir convaleciente en el hospital, prefería volver a ingresar en prisión -esta vez sería en Martutene- y que tenía la firme determinación de marcharse la semana próxima. De Juana siempre ha amenazado con que una prolongación de su estancia en la cárcel significaría el regreso a su actitud de retomar la huelga de hambre -como ha hecho en más de una ocasión-, y suele emplear este elemento de presión para conseguir sus objetivos.
Desde que tomase su decisión y realizase su advertencia a principios de semana, este terrorista ha sufrido un par de hemorragias por un problema de hemorroides, de modo que, por el momento, se desconoce si ha decidido seguir adelante o ponerla en práctica.
Actualmente, este terrorista que ya cumplió condena por el asesinato de 25 personas, se encuentra en prisión atenuada en aplicación del artículo 100.2 de la Ley Penitenciaria, por un delito de amenazas.
De seguir los cauces establecidos y, según un portavoz de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, para salir del centro sanitario debería previamente recibir no sólo el alta médica, sino el alta hospitalaria. Superado ese trámite, la junta de tratamiento del centro carcelario de Martutene, en San Sebastián, tendría que revisar su situación y emitir el informe correspondiente. Las conclusiones a las que lleguen los expertos deberán ser remitidas a la administración de prisiones y al juez de vigilancia penitenciaria, que son quienes han de tomar una determinación.
A partir de ese momento había dos posibilidades: su regreso a prisión, habida cuenta de que el motivo por el que fue ingresado en un hospital ha desaparecido; o el desplazamiento a su domicilio para acabar de cumplir, de manera atenuada, la condena que tiene pendiente de la que quedaban por agotar 17 meses cuando fue trasladado al centro sanitario donostiarra. Portavoces del Ejecutivo ya adelantaron en su día que este terrorista no iba a volver a ingresar en prisión.
La historia de la huelga de hambre de Ignacio de Juana Chaos ha estado plagada de pulsos, negociaciones secretas y controversias. La emprendió en pleno alto el fuego, de manera unilateral, de modo que ni siquiera a ETA le satisfizo su iniciativa. Sin embargo, una vez iniciada, tanto la banda terrorista como Batasuna decidieron emplearla para presionar al Gobierno.
En los 11 primeros días desde su inicio ni siquiera le prestaron atención, pero después alentaron a sus bases para que protestasen en su favor y en el de todos los presos de la banda y presionaron al Ejecutivo con actos violentos de reivindicación incruentos pero especialmente incómodos cuando se estaba desarrollando un proceso de negociación.
Batasuna solicitó en una primera ocasión a los socialistas vascos que encontraran una salida al problema. Después de realizar esta gestión, visitaron al etarra en varias ocasiones y le convencieron de que depusiese su actitud. En aquellos días los dirigentes de la formación ilegalizada aseguraron a los suyos en las asambleas que el etarra no iba a estar más de dos años en prisión.
Paseos
Sin embargo, la condena del Tribunal Supremo por amenazas provocó que este terrorista retomase la huelga de hambre e insistiese en su desafío al Estado. Ni siquiera estaba dispuesto a aceptar un tercer grado, sino su vuelta a casa. La decisión de otorgarle prisión atenuada fue asumida por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien argumentó para adoptarla que su vida corría peligro.
Sin embargo, De Juana ha continuado envuelto en una polémica que ha tenido buen cuidado fomentar o en intensificar en varias ocasiones. Así, decidió ingresar por su propio pie en el hospital cuando el Gobierno había asegurado que, por su estado de debilidad, podía fallecer en cualquier momento. Las fotos de sus frecuentes paseos con su novia o con sus amigos por los alrededores del centro hospitalario custodiado por dos ertzainas que realizaban labores de escolta han constituido el penúltimo escándalo.