Martes, 29 de mayo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6372.
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 ESPAÑA
Malta se niega a acoger a los 26 inmigrantes de una patera que rescató un pesquero español
Se niega a acoger a 26 'sin papeles' rescatados por un pesquero español y rechaza el auxilio a otros 27 subsaharianos que estuvieron tres días agarrados a unas redes
IRENE HDEZ. VELASCO / ANA DEL BARRIO

ROMA/MADRID.- Una vez más, y desafiando la legislación internacional en materia humanitaria, Malta se niega a dar acogida a inmigrantes que han naufragado ante sus costas. El pequeño archipiélago situado al sur de Italia ha mantenido en las últimas horas una férrea disputa con España sobre la suerte de 26 inmigrantes a la deriva que el sábado fueron socorridos por el pesquero tarraconense Montfalcó cuando se encontraban en aguas internacionales, a 60 millas de la costa de Libia.

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Las autoridades de Malta también se negaron el sábado a auxiliar a otros 27 subsaharianos, que permanecieron durante tres días en alta mar agarrados a unas redes de pesca de atún, y que, al final, fueron rescatados por Italia.

La patera se encontraba ayer a 83 millas al sur de Malta, pero las autoridades de la isla se negaron en redondo a dejar desembarcar en su territorio a los 26 inmigrantes procedentes de Costa de Marfil, alegando que su suerte es competencia de Libia y de España.

La tripulación del remolcador español, que tiene sede en San Carlos de la Rápita (Tarragona), se encontraba ayer nerviosa y desconcertada porque no sabía cómo actuar tras el rescate.

Escarmentado por la crisis del Francisco y Catalina -otro pesquero español que permaneció bloqueado durante una semana con 51 inmigrantes a bordo sin que Malta permitiese su desembarco-, el Ministerio de Asuntos Exteriores dio enseguida la instrucción al Montfalcó de que emprendiese el viaje de retorno a España, que durará unos tres días.

La coyuntura en el barco, contratado para la campaña del atún, es crítica, debido a que su tamaño es pequeño -26 metros de eslora- y a que sólo tiene alimentos para las seis personas que componen la tripulación.

«La situación es desesperada porque se encuentran totalmente abandonados. Llevan cuatro días con 26 inmigrantes a bordo, desde el viernes por la noche, y no saben qué hacer», manifestó a Radio Nacional Pedro Peredo, el capitán de otro buque, el Mont Roig, que se encuentra próximo al Montfalcó. Además, el atunero tampoco dispone de mucha ropa de abrigo ni de mantas para poder taparse, a lo que hay que sumar las inclemencias del tiempo con olas de tres metros y vientos de siete nudos.

El pesquero localizó la nave con 26 personas el pasado viernes y, ante su dramática situación, les proporcionó agua y comida. Los inmigrantes pidieron subir a bordo, pero la tripulación les comunicó que no se podía, según informó la empresa Naviera de Remolcadores y Servicios, propietaria del barco.

Sin embargo, al día siguiente la patera empezó a hundirse ante el mal estado del mar y el equipo del remolcador ayudó a los sin papeles a subir a bordo y les rescató por razones humanitarias.

Desde Exteriores informaron de que los inmigrantes vendrán a España y solicitarán asilo político, debido a la situación de inestabilidad que se vive en Costa de Marfil.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) aseguró que entrevistarán uno a uno a los afectados para analizar sus peticiones de refugio político. No obstante, los responsables del ACNUR en España también consideraron que los sin papeles deberían desembarcar en el puerto más cercano -que está en Malta- y recordaron que los gobiernos deben cumplir los convenios marítimos, que obligan a socorrer a los náufragos.

Sin embargo, Malta se lava de nuevo las manos e ignora por completo los tratados de derecho internacional. «La cuestión implica a España y a Libia, dado que su salvamento ha tenido lugar en aguas libias y que los clandestinos están a bordo de un pesquero español», subrayaba Tonio Borg, ministro del Interior de Malta y a la sazón viceprimer ministro del país. «Malta no puede acoger a todos los clandestinos que declaran que no quieren ser enviados a Libia. La competencia no es nuestra, no podemos hacernos cargo de las responsabilidades de otros», añadió.

Pero este fin de semana otro nuevo incidente ha dejado en evidencia la absoluta falta de solidaridad de Malta hacia los inmigrantes que naufragan junto a sus costas. El sábado por la tarde, un buque de la Marina Militar italiana se vio obligado a intervenir para rescatar a un grupo de 27 inmigrantes que desde hacía ¡tres días! se encontraban agarrados a las pasarelas de una gran jaula para la cría de atún situada en mar abierto, a unas 60 millas de las costas de Libia, después de que tanto las autoridades libias como las maltesas se negaran a socorrerles. La historia comenzó cuando la hélice de la embarcación de un grupo de 27 inmigrantes de Ghana, Nigeria y Camerún se estropeó y quedaron a la deriva.

Un remolcador maltés que se dirigía a España transportando una gigantesca estructura para la cría de atunes en cautividad se dio de bruces con ellos. Pero de nada sirvieron los lamentos ni las súplicas de los inmigrantes: el armador Chales Azzopardi se negó en redondo a dejarlos subir a bordo.

Se limitó a tirar a los inmigrantes una cuerda con la que poder arrastrar su cayuco y a advertir a las autoridades maltesas del problema. Sin embargo, el Gobierno de este país se resistió a salir en auxilio de los subsaharianos, señalando que como el naufragio había tenido lugar en aguas de Libia era a ellos a quienes les tocaba intervenir.

Y mientras la disputa diplomática entre ambos países se desarrollaba, en la precaria embarcación de los inmigrantes comenzó a entrar agua. Así que a los náufragos no les quedó otro remedio que tirarse al mar y agarrarse a las jaulas para la cría de atunes.

Allí han estado tres días mientras La Valeta y Trípoli seguían pasándose el balón. Finalmente, Italia rescató a los inmigrantes y los trasladó a Lampedusa, en Sicilia.

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