José Luis Rodríguez Zapatero y Miguel Sebastián acordaron, según las fuentes consultadas, que su marcha debe servir como el primer gesto para abrir «una gran renovación estructural» en el Partido Socialista de Madrid (PSM) y que, en ningún caso, su presencia sirva de freno a los cambios.

Por ello, Sebastián insistió ayer en su adiós en la necesidad de «una profunda renovación» en el PSM, mensaje acordado con Zapatero. La decisión de Sebastián ha tenido la opinión en contra a «sus fieles», es decir, el grupo de concejales que incorporó a la candidatura. Aunque ha sobrevolado la idea de irse todos con él, finalmente se quedarán en el Ayuntamiento. La duda que queda en el PSOE es cuándo y cómo debe abordarse esta renovación en el PSM.

José Blanco, secretario de Organización, manifestó a EL MUNDO que sigue apostando por la tranquilidad y por aparcar la crisis hasta después de las elecciones generales y del XXXVII Congreso del PSOE. Otras voces de la Ejecutiva lo consideran un error y son partidarios de que se forme una gestora ya.

Oficialmente, la salida de Sebastián se produce por asumir su responsabilidad por los malos resultados electorales. Oficiosamente, desde la Ejecutiva PSM se asegura lo hace porque no tenía garantizado el apoyo de sus concejales. Rodeado de los suyos, con los ojos enrojecidos y en un escueto comunicado que apenas duró cinco minutos, anunciaba por la mañana ante una abarrotada sala de prensa que lo hace «por coherencia y por principios». «La democracia se hace fuerte cuando uno gana y sabe ganar, pero también cuando uno pierde y asume sus responsabilidades. Por todo ello, por coherencia con mis principios y porque creo que es lo mejor para el Partido Socialista, anuncio mi renuncia al escaño como concejal del Ayuntamiento». Su intervención la solventó sin preguntas y flanqueado por tres de sus concejales, David Lucas (número siete); Angeles Alvarez (cinco) y Pedro Sánchez (ocho). Se echó de menos a su número dos, Pilar Gallego, que no se había despegado de él durante toda la campaña. Por lo pronto, solicitará el lunes su reingreso en la Universidad Complutense en donde tiene una plaza de profesor de Fundamentos del Análisis Económico. «Hace seis meses decidí dar un paso al frente y presentarme como candidato al Ayuntamiento de Madrid y recibí el respaldo unánime del Partido Socialista. Hace cuatro días, los ciudadanos madrileños expresaron libremente en las urnas quién querían que fuera su alcalde y qué tipo de Gobierno quieren para gestionar los asuntos municipales de la ciudad en los próximos cuatro años», añadió, dando a entender que lo tenía más o menos claro desde la misma noche electoral. «Mi visión de la vida pública y de la vida en general determina que hay que asumir responsabilidades». Pese a lo dicho, hay que tener en cuenta que su entorno se ha encargado en los últimos días de mantener viva la llama del liderato, ya que una y otra vez aseguraban que no hincarían la rodilla. Eso sí, de la boca de Sebastián no salió ni una palabra.

Pese a que dijo que se iba «sin resentimientos», tuvo un recordatorio para aquéllos que habían proferido «mentiras», «insultos» y «calumnias» contra él. «Soy consciente de que muchos militantes esperan y desean una profunda renovación del partido y no quiero convertirme en un obstáculo para esa rápida renovación», sentenció, haciendo público el mensaje pactado.

Más información en M2