El etarra José Ignacio de Juana Chaos lanzó ayer un nuevo desafío al negarse a que se controlen sus movimientos cuando sea enviado a casa, según informa la agencia Efe.
El etarra se ha negado inicialmente a utilizar una pulsera de control telemático que permitirá supervisar sus movimientos una vez que abandone el hospital Donostia de San Sebastián donde se encuentra internado. Esta nueva exigencia podría estar retrasando su salida del centro sanitario.
Según informaron a Efe fuentes del caso, el preso, después de tres meses ingresado en este centro sanitario donostiarra, solicitó el alta hospitalaria, petición que no encontró impedimento por parte de los facultativos que le atienden, dada la evolución favorable de su estado de salud, tras las dos huelgas de hambre que mantuvo y las operaciones a las que ha sido sometido.
Control telemático
Sin embargo, cuando abandone el centro, deberá someterse a varios controles, como acordó el pasado 1 de marzo la junta de tratamiento de la prisión de Aranjuez. Este organismo le concedió el régimen de cárcel atenuada para cumplir lo que le queda de los tres años de condena que se le impusieron por dos delitos de amenazas.
La aplicación de estos controles telemáticos, como pulseras o tobilleras electrónicas y el sistema de reconocimiento de voz, quedó condicionada, según aquella resolución, a su «expresa aceptación por parte del penado». El preso, según las mismas fuentes, se ha negado inicialmente a colocarse esas pulseras, lo que al parecer está retrasando su salida del centro sanitario.
El Gobierno desmintió ayer que el etarra se haya negado a utilizar esa pulsera, porque aún no se le ha propuesto. Según el Ejecutivo, esta situación no se ha planteado porque los médicos no le han dado aún el alta hospitalaria.
La Dirección General de Instituciones Penitenciarias aseguró ayer que el etarra José Ignacio de Juana Chaos, que permanece ingresado en el hospital Donostia, no ha recibido el alta. Además, añadieron que no está prevista su salida durante este fin de semana.
Fuentes de este departamento aseguraron a la agencia Efe que el preso etarra no tiene el alta médica y tampoco el alta hospitalaria, que recibiría en el momento en el que se considerara que no precisa seguir ingresado en el centro sanitario, aunque sí continuar sometido a tratamiento médico ambulatorio.
En todo caso, la inminencia de ese alta médica reavivó ayer la polémica política, aunque aún no haya sido concedida formalmente.
El consejero de Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, reiteró que las condiciones de custodia del preso de ETA las establece la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Gobierno central, y no la Ertzaintza, que le vigila en el hospital, siguiendo los requisitos fijados por Prisiones. En la misma línea, el consejero vasco de Sanidad, Gabriel Inclán, aseguró que no tiene «ni idea» de si los médicos del centro han concedido el alta médica al sanguinario preso de ETA, que cuenta con 25 asesinatos a sus espaldas.
Tras afirmar que él no es ministro del Interior, destacó: «Jamás voy a entrar en temas que no son los nuestros».
Por último, el consejero de Justicia del Gobierno vasco, Joseba Azkarraga, defendió en Bilbao la libertad de De Juana Chaos al considerar que el delito de amenazas por el que cumple tres años de condena impuesta por el Tribunal Supremo está «muy forzado».